LA VOZ DE LAS "MINORÍAS"
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Fotografía: Ernesto Viveros Lazcano |
El
presidente Enrique Peña Nieto ha demostrado un enorme desdén, que raya en el
desprecio, al calificar como “minorías” a sus opositores cuando se refiere a
las movilizaciones y protestas por las medidas que toma su gobierno.
Pues
bien, un sector de esas “minorías”, el gremio de los maestros, realizó este
miércoles 11 de septiembre marchas multitudinarias de rechazo a la llamada
“reforma educativa” (que hay que insistir, no es tal. Es administrativa y
laboral) en al menos 20 estados de la República.
Contra
viento, marea y linchamientos mediáticos, el de los maestros es un movimiento
que está tomando un cariz histórico, tanto por su número de participantes como por
el hecho de que ha unido a sindicatos contrarios entre sí. Hasta hace poco, era
impensable que integrantes del SNTE y la CNTE caminaran juntos por las calles
para defender sus derechos.
Y
así como ellos, se han sumado a las protestas maestros normalistas y de
diferentes organizaciones, que no están de acuerdo con las nuevas leyes –ya
promulgadas– que pondrán en riesgo su estabilidad laboral.
En
la capital de Veracruz, Xalapa, la más reciente movilización de profesores fue
de grandes proporciones, tomando en cuenta el tamaño de la ciudad. Una
“minoría” de aproximadamente 30 mil personas inundó la plaza Sebastián Lerdo de
Tejada y las calles aledañas del centro histórico.
Ni
todas las fotografías que se tomó el gobernador Javier Duarte con los “líderes”
sindicales, ni los llamados al “diálogo” del secretario de Educación Adolfo
Mota, o las amenazas de los dirigentes magisteriales Juan Nicolás Callejas y
Acela Servín, lograron disuadir a los maestros, que comienzan a darse cuenta,
al fin, de que sus “guías morales” no defienden más que sus intereses
personales.
Lo
que sigue en este tema es incierto. Las leyes, como mencionamos antes, ya
fueron promulgadas y han entrado en vigor. Se antoja improbable que un amparo
contra las mismas surta algún efecto. Y es claro que los congresos locales
ratificarán y adecuarán en los estados la nueva legislación.
¿El
palo está dado? Jurídicamente, parece que sí. Pero los maestros tienen ante sí
otra oportunidad histórica: deshacerse de esos liderazgos que los han utilizado
para enriquecerse, acceder a cargos públicos y apoyar partidos políticos que
sólo se acuerdan de ellos cuando hay campañas. Están en la encrucijada de
revolucionar el sindicalismo magisterial para que deje de ser “caja chica” y
reserva de votos de nadie.
Se
puede estar de acuerdo o no con las demandas y métodos de protesta de los profes. Con sus consignas muchas veces
injustas y desinformadas contra los reporteros. Pero si algo hay que
reconocerles es que han demostrado que la voz de las “minorías” cuenta y se
puede hacer escuchar.
La
política y el ejercicio del poder en México no pueden ser unilaterales. Ya no
estamos en los 70, aunque algunos así lo quisieran. Los gobernantes van a tener
que dialogar con la sociedad.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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