EPÍSTOLA A DANIEL VILLEGAS
Hoy iba a escribir sobre otra cosa. Iba a redactar un encendido análisis sobre la funesta realidad que nos ahoga, que nos roba la esperanza día con día. Tenía la intención de defender mi convicción sobre lo que, desde mi particular punto de vista, está mal en mi país y en mi estado. Quería señalar de nueva cuenta a quienes nos tienen sumidos en una espiral de barbarie y violencia asesina, a quienes se han enriquecido a costa de nosotros, que con nuestro esfuerzo mantenemos sus lujosos estilos de vida mientras más de la mitad de la población vive en la pobreza. Y entonces me acordé de ti. Recordé que hace cinco años, una llamada me despertó temprano por la mañana. Me avisaban de tu muerte, cruel, injusta, inoportuna. Me quedé pasmado. No podía creer lo que escuchaba. Uno de tus hermanos me confirmó la desgracia. Me solté a llorar como un niño que pierde a un hermano, que fue exactamente lo que a mí, a todos nosotros, nos sucedió. Fuiste una víctima más de esa brutalidad, de...