JUSTICIA PARA ABIRAM: OBLIGACIÓN MORAL, LEGAL Y POLÍTICA

Fotografía: Sergio Hernández Vega/ La Jornada El asesinato del defensor de derechos humanos Abiram Hernández la madrugada del pasado sábado en la capital del estado de Veracruz, representa un golpe seco y demoledor, directo al corazón del gobierno que encabeza Cuitláhuac García Jiménez. No solo porque el activista asesinado daba acompañamiento a familiares y colectivos de búsqueda de personas desaparecidas en Veracruz (él mismo fue integrante del Colectivo por la Paz), tema que desde el inicio del sexenio fue establecido como prioridad de este gobierno; sino porque tenía una relación personal cercana con varios miembros de la actual administración estatal, misma que no se limitaba a su labor profesional, sino que databa de sus años universitarios. El homicidio del defensor –ocurrido dentro de su domicilio particular, con señales de violencia, denotando con ello una alta vulnerabilidad- se da en un momento de inestabilidad gubernamental en la entidad. Contra las cifras alegr...