JUSTICIA PARA ABIRAM: OBLIGACIÓN MORAL, LEGAL Y POLÍTICA
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Fotografía: Sergio Hernández Vega/ La Jornada |
El asesinato del defensor de derechos humanos
Abiram Hernández la madrugada del pasado sábado en la capital del estado de
Veracruz, representa un golpe seco y demoledor, directo al corazón del gobierno
que encabeza Cuitláhuac García Jiménez.
No solo porque el activista asesinado daba
acompañamiento a familiares y colectivos de búsqueda de personas desaparecidas
en Veracruz (él mismo fue integrante del Colectivo por la Paz), tema que desde
el inicio del sexenio fue establecido como prioridad de este gobierno; sino
porque tenía una relación personal cercana con varios miembros de la actual
administración estatal, misma que no se limitaba a su labor profesional, sino
que databa de sus años universitarios.
El homicidio del defensor –ocurrido dentro de
su domicilio particular, con señales de violencia, denotando con ello una alta
vulnerabilidad- se da en un momento de inestabilidad gubernamental en la
entidad. Contra las cifras alegres en materia de seguridad del gobernador y los
presidentes municipales –como el de Xalapa, la ciudad donde fue asesinado
Abiram Hernández- la sensación de una cada vez más incontenible violencia
permea por todo el territorio veracruzano, fracturando la confianza de la
sociedad en las autoridades, que al intentar escudarse en “complots” y
“herencias malditas” solo revelan su incompetencia para ejercer los cargos que
ostentan.
Por si no bastase, Abiram Hernández fue
asesinado en medio de una gira del presidente Andrés Manuel López Obrador por
el norte del estado, donde estaban concentrados prácticamente al cien por
ciento los altos mandos del aparato burocrático estatal, cuya respuesta al
crimen del activista desnudó su estulticia, falta de sensibilidad y nula
capacidad de reacción en situaciones de crisis. Al tal grado, que ninguno de
ellos se separó del besamanos presidencial para presentarse a atender a los
familiares de la víctima.
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Fotografía: Gobierno del Estado de Veracruz |
Lo que sí hizo el secretario de Gobierno,
Eric Patrocinio Cisneros, fue politizar de inmediato la tragedia desde la
comodidad de su cuenta de Twitter, donde puntualizó que corresponde a la
Fiscalía General del Estado esclarecer el crimen, encontrar y detener a los
culpables, sin asumir que es a la Secretaría de Seguridad Pública y al
Ejecutivo en su conjunto a quienes toca prevenir los actos delincuenciales.
Oportunista como es, el fiscal general Jorge
Winckler Ortiz tampoco desaprovechó la oportunidad para llevar agua a su
molino, publicando imágenes en sus redes en las que revisa un grueso expediente
que, según él, es la carpeta de investigación del asesinato de Abiram
Hernández, apenas horas después del suceso.
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Fotografía: Twitter de Jorge Winckler |
Sin aventurarse a afirmar que exista relación
directa entre el homicidio de Abiram Hernández y la disputa política entre el
Ejecutivo morenista y la Fiscalía yunista, lo que resulta indiscutible es que
las condiciones y el ambiente que envuelven a éste y a todos los demás crímenes
que diario asuelan Veracruz sí son responsabilidad de estos funcionarios, que
han tirado a la basura cuatro meses por sus inútiles reyertas políticas,
paralizando la prevención del delito y la procuración e impartición de justicia
en el estado.
Por lo demás, el cobarde asesinato de Abiram
Hernández debe ser investigado a profundidad, incluyendo en las pesquisas los
casos que atendía profesionalmente y los intereses que con ello pudo afectar.
Quienes lo conocieron de cerca señalan que estaba al tanto de colusiones y
deliberadas omisiones de las fiscalías regionales para evitar ir al fondo en el
tema de la desaparición forzada de personas.
Como señalamos al principio, el gobierno de
Cuitláhuac García abrazó el tema de la investigación de la desaparición forzada
como una bandera de su administración. A cuatro meses de haber iniciado, un
defensor de víctimas de ese delito fue arteramente asesinado en Veracruz. Es su
obligación moral, legal y política dar con los culpables y hacer justicia.
Nada menos puede permitirse el gobernador. Ni
aceptar la sociedad.
Una
pausa
Para que su autor pueda atender diversos
compromisos de orden personal, la Rúbrica tendrá una pausa por el resto de la
semana, para regresar a su publicación el próximo lunes 8 de abril.
A sus lectores y editores, gracias por su
comprensión y atención.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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