LA "COMPRA" DEL PRI
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Fotografía: Notimex |
Como si el horno estuviera para bollos, en el
PRI veracruzano se preparan para asistir a su suicidio.
El proceso para renovar al Comité Directivo
Estatal del otrora poderoso partido tricolor en Veracruz se desarrolla en medio
de suspicacias sobre “dados cargados” e irregularidades, cuyo propósito sería
beneficiar un proyecto político ajeno al propio priismo que, de concretarse,
representaría la estocada que le falta a ese instituto político para decretar
formalmente su defunción.
Entre los grupos priistas locales -que aún
quedan, aunque usted no lo crea-, todavía pesa la sombra de la traición que
desde las cúpulas del poder sufrieron durante el proceso electoral de 2016,
cuando fueron abandonados por la dirigencia nacional y por el mismo régimen,
que para entonces todavía estaba encabezado por Enrique Peña Nieto y por quien
en los hechos fue el operador-ejecutor electoral en ese momento: el secretario
de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.
Mucho se habló en aquel entonces de una presunta
alianza entre Osorio Chong y el candidato del PAN a la gubernatura, Miguel
Ángel Yunes Linares, para apoyar las aspiraciones del segundo a cambio de que,
una vez en el poder, éste bloqueara a Morena, que en Veracruz había crecido
gracias al apoyo del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, como respuesta a la
negativa de permitirle imponer en el PRI al candidato a sucederlo.
Incluso, en la Rúbrica publicada el 17 de
abril de 2016 se expuso que “en los círculos políticos de Veracruz se maneja una
versión que, si bien en un principio parecía absolutamente descabellada, quizás
no lo sea tanto. Al grado que los mismos priistas veracruzanos son quienes la
repiten y la propalan. Según dicha versión, en Los Pinos habrían decidido
impulsar la alternancia política en Veracruz. O al menos no interponerse. Y
como operador de esa estrategia, señalan al propio secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, a quien acusan de apoyar la candidatura del
abanderado de la coalición PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares”. El
final de esa historia es por todos conocido.
El caso es que para esos priistas que
entonces acusaron la traición de Osorio y el binomio de los “Migueles”, dicha
alianza se mantiene vigente, al grado que el hoy Senador de la República seguiría
operando para que en Veracruz arribe a la dirigencia del Revolucionario
Institucional un personaje afín a esos intereses, con el objetivo de que sirva
para allanarle el camino de retorno en busca de la gubernatura al hijo Yunes
Linares, Miguel Ángel Yunes Márquez.
¿Suena descabellado que desde el PRI se
ayudara a impulsar esas aspiraciones? Nuevamente, si nos atenemos a lo sucedido
en 2016, no es tan improbable. Y quienes entonces no lo creyeron o no hicieron
nada, hoy se dan de topes contra la pared.
Por lo pronto, hay una rebelión interna en
puerta en el tricolor veracruzano, pues el proceso de renovación de la
dirigencia está diseñado para que se alce con la victoria quien cuente con la
mayor cantidad de recursos económicos. Entre el pago de cuotas partidistas –que
irían como “bono de despedida” para la actual dirigencia interina- y la
contienda en sí misma, los aspirantes tendrían que gastar aproximadamente un
millón de pesos entre el 27 de marzo y el 26 de abril, periodo en el que se
llevará a cabo la campaña de proselitismo interno. Y la cantidad que a usted se
le ocurra el 28 de abril, cuando se celebren las votaciones entre la “base
militante activa”.
Para nadie es un secreto que el yunismo
panista es el único grupo político que en Veracruz continúa disponiendo de
recursos ilimitados para la promoción y defensa de sus intereses, como ha
quedado de manifiesto en su operación en el Congreso del Estado, en la Fiscalía
General y a través de los medios y reporteros “enchufados” a su nómina.
¿Por qué no se “comprarían” un dirigente
estatal del PRI?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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