ENTRAMPADOS


Se les salió de control a los operadores políticos priistas el manejo de la crisis de los videos de la presunta red para uso electoral de los programas sociales. El tema se convirtió en un verdadero escándalo, y en Veracruz el gobierno no ha podido dar una explicación, ya no digamos convincente, sino firme, sobre lo que los panistas denunciaron ante la PGR.
Y es que con el cese inmediato de los funcionarios de la Sedesol implicados en el asunto, el Gobierno Federal prácticamente desbarató cualquier argumento o deslinde que en el ámbito del estado se hubiera podido presentar. Si el gobierno de Enrique Peña Nieto actuó de manera rápida y sin contemplaciones, aquí se hubiera esperado una reacción similar.
Pero no fue así. En Veracruz se optó por el silencio oficial durante dos días, durante los cuales sus adversarios, los Yunes, se dieron vuelo golpeando y armando los shows mediáticos a los que son tan afectos.
Fue hasta el viernes por la noche, luego de un día plagado de rumores, que se comunicó una postura oficial: el gobernador Javier Duarte le solicitaba al Congreso del Estado que recibiera al secretario de Finanzas, Salvador Manzur (implicado en el videoescándalo), para comparecer ante los diputados y explicarles “los señalamientos públicos de que ha sido objeto”.
Manzur es la hebra más vulnerable de este tejido de intrigas, pues es el único funcionario de alto nivel aún en funciones que aparece en el video y audios filtrados. Precisamente por eso es que se especuló sobre su salida de la dependencia.
Sin embargo, el gobierno estatal decidió aguantar, ganar tiempo con la comparecencia, en la que Manzur será cobijado por la mayoría priista, que seguramente se declarará “satisfecha” con la explicación del secretario de Finanzas. Buscarán hacer cualquier cosa, cualquier artilugio, antes que entregarle su cabeza a los Yunes.
Los costos pueden ser muy altos. El martes, el caso Veracruz se abordará en el Congreso de la Unión, y las posturas serán radicalmente diferentes a las del ambiente controlado de la Legislatura estatal. Lo que está en juego, ni más ni menos, es el mismísimo Pacto por México que el presidente Peña Nieto suscribió con los principales partidos del país, y a partir del cual se negocian las reformas legales que pretende su administración.
Difícilmente un secretario de despacho estatal valdrá más que todo un esquema sexenal de gobierno. Veremos qué curso toma el tema.

Una sanguijuela menos

Bien dice el dicho “cría cuervos, y te sacarán los ojos”. Finalmente, el PRI y el Partido Cardenista deshicieron su alianza y ahora estos últimos irán por su cuenta en las elecciones locales de este año.
Muy cara quisieron cobrar las huestes de Antonio Luna su “alianza y apoyo” al gobierno. Ahora mostrarán cuál es su realidad en la política veracruzana. Confiamos en que pierdan el registro y dejen de sangrar al erario.

Twitter: @yeyocontreras

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