CONTROL DE DEUDAS

El Senado de la República está por aprobar la Ley de Responsabilidad Hacendaria y Deuda para los niveles de gobierno estatales y municipales, con la que se busca frenar el endeudamiento desmedido en que en entidades y ayuntamientos se incurrió en los últimos años.

El dictamen, que ya fue aprobado por las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, Estudios Legislativos y Hacienda (ésta última es presidida por el veracruzano José Yunes Zorrilla) establece que el Senado podrá objetar el endeudamiento de una entidad cuando ésta tenga problemas financieros y pida garantías federales, como se les hecho costumbre a muchos gobernadores y alcaldes, que una vez despilfarrados los recursos, acudían a la contratación de deuda para salir del atolladero, comprometiendo las finanzas de sus demarcaciones por décadas.

Otra de las disposiciones de la nueva ley es que se evitará el sobreendeudamiento, pues la Secretaría de Hacienda llevará un registro de los pasivos y compromisos de pago de los estados y municipios, que muy afectos fueron a ocultar sus finanzas reales, aun cuando éstas estuvieran en franca quiebra.

Y es que durante los “docena trágica” del PAN en Los Pinos, paradójicamente quienes se fueron “al agua” endeudándose escandalosamente fueron, en su gran mayoría, los gobiernos emanados del PRI, y uno que otro del PRD, que bajo la máscara de la “defensa del federalismo”, se despachaban con la cuchara grande, mientras que el Gobierno Federal y la Secretaría de Hacienda se hacían de la vista gorda para evitar conflictos políticos, aunque en el pecado llevaran la penitencia.

Con el cambio de gobierno y el regreso del PRI a palacio nacional, va a estar difícil que algún gobernador priista se ponga al brinco y acuse al presidente Enrique Peña Nieto o al secretario de Hacienda Luis Videgaray de atacar el federalismo por revisarles las cuentas.

Pero para que nadie se pase de listo, el dictamen de la nueva ley establece un candado a la autorización del endeudamiento desde el ámbito local: los congresos de los estados tendrán que aprobarlo con las dos terceras partes de los votos de sus integrantes, y ya no por mayoría simple, con lo que se hará más complicado que los gobernadores mayoriteen estas decisiones en las legislaturas estatales.

Si se decidió legislar en la materia es porque la deuda de las entidades federativas estaba alcanzando niveles de verdadera alarma que, de seguir como iban, hubieran podido llegar a comprometer la hacienda nacional, tanto como ya han comprometido las estatales y municipales.

El dictamen se someterá a discusión del pleno del Senado el próximo martes. Veremos si se aprueba en sus términos, o si se logra infiltrar alguna “mano negra” que intente modificar sus aspectos más polémicos.

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