EL CIRCO DE LA INMUNDICIA
Casi
causa ternura cuando los políticos se preguntan, con lágrimas en los ojos y
vestiduras desgarradas, por qué son el sector peor calificado por la sociedad
mexicana. Pero sus actos, sus miserias, sus corruptelas, hablan por ellos.
A
nadie extraña ya que los políticos, del partido que sean, incurran en cualquier
clase de trampas, ilegalidades y chapucerías para ganar elecciones y acceder a
cotos de poder. No es nuevo. Lo han hecho por años los priistas, los panistas
aprendieron muy pronto cómo jugar sucio y los perredistas son alta y fácilmente
corruptibles. De los de la chiquillada, ni qué decir. Experimentan orgasmos
múltiples al mero olor de los billetes.
Como
claro ejemplo de ello está el nuevo capítulo del affaire de los videos y audios
que tiene en jaque al Pacto por México. El PRI respondió ahora con un conjunto
de grabaciones telefónicas (tan ilegales como las dadas a conocer por el PAN la
semana pasada) en las que buscan inculpar a Miguel Ángel Yunes Márquez, virtual
candidato de Acción Nacional a la alcaldía de Boca del Río, en un supuesto
desvío de recursos del programa Oportunidades cuando aquél lo dirigía.
Simultáneamente,
la bancada veracruzana del PRI en San Lázaro y los diputados locales y la
dirigencia estatal en Boca del Río, presentaron este material a los medios y anunciaron
denuncias penales en contra de Yunes Márquez, a quien acusaron de colocar en
Oportunidades a puro operador panista.
¿Alguien
se puede llamar sorprendido? De ninguna manera. Los Yunes no son más que
priistas con vestido azul, que usan los métodos priistas, los únicos que
conocen, para sus fines. Son muestra palpable de que cambiar de partido no
purifica a ningún político.
Sin
embargo, la respuesta priista a las acusaciones de desvío de recursos de
programas sociales federales es igual de lamentable. ¿Si los panistas lo
hicieron cuando eran gobierno, los priistas tienen derecho a hacer lo mismo?
Porque en los hechos, ése ha sido el único argumento del PRI luego de que el
PAN balconeara la preparación de toda una red de funcionarios públicos y
partidistas para operar y condicionar los programas sociales durante las
campañas que inician dentro de un mes.
Lo
único que nos demuestra uno y otro bando es que los ciudadanos les importamos
un bledo. Que lo único que está en disputa para ellos es el poder por el poder.
Que no hay un proyecto de Estado ni de municipio en estas elecciones. Que su
oferta política se reduce a revolcarse en el lodo. El nivel del debate se puede
equiparar al que se daría en un porquerizo.
Si
el presidente Enrique Peña Nieto quiere consolidar su gobierno deberá honrar su
palabra y de verdad, como anunció, no tolerar el uso de los programas sociales
para fines electorales, y aplicar la ley a quien la infrinja. A quien sea.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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