SNTE APLACADO
Contrario
a su beligerancia de antaño, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), el más numeroso de Latinoamérica, aceptó sin chistar un
aumento de 3.9 por ciento al salario más 1.75 por ciento en prestaciones, que
fue la propuesta de la Secretaría de Educación Pública.
Esto,
muy por debajo de la pretensión inicial del SNTE, que quería un incremento de
4.7 por ciento. Pero no sólo eso. Ni siquiera llega al porcentaje logrado el año
pasado, que fue de 4.25 por ciento. Y ni qué decir del de 2011, cuando se les
concedió un aumento en sus percepciones de 4.75 por ciento.
Se
nota que todavía está muy fresca en la memoria de la actual dirigencia
sindical, que encabeza Juan Díaz de la Torre, la manera en la que el gobierno
de Enrique Peña Nieto aplastó a su antecesora, Elba Esther Gordillo, por sus
amenazas de movilizar a los maestros en contra de la reforma educativa.
Hoy,
Elba Esther, la otrora líder sindical más poderosa del continente, duerme en la
cárcel a causa de sus propios excesos, ciertamente. Pero éstos no hubieran sido
castigados –y si no lo cree, vea tan campante a Carlos Romero Deschamps– si se
hubiera plegado a los designios de quien ahora ocupa la silla presidencial. Se
sintió más poderosa que Peña Nieto, igual que se sentía en los sexenios de
Vicente Fox y Felipe Calderón, y pagó las consecuencias de no entender que las
cosas cambiaron.
Muy
difícilmente el SNTE, y cualquier otro sindicato, volverá a tener las canonjías
de las que gozó durante la docena panista en Los Pinos. Se acabó la orgía de
dinero interminable de sus líderes, que ahora tendrán, de cierta manera, que rendir cuentas a los nuevos dueños del poder.
Sin
embargo, y como podemos observar con el resultado de la negociación salarial
para el magisterio de este año, ese nuevo orden también irá en detrimento de la
base trabajadora. La pérdida de fuerza de sus líderes les representa también a
ellos un deterioro para sus condiciones de vida y de trabajo, pues ya no podrán
presionar al gobierno para conquistas sindicales significativas, so pena de
sufrir la misma suerte de Elba.
El
que un sindicato se debilite implica que las expresiones más radicales, por
ejemplo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, tomen impulso
y comiencen a jalar a su causa a los maestros que ya no sientan que sus
intereses son defendidos por otros organismos gremiales.
Y
eso, es muy peligroso, porque de ahí a la exaltación social, hay un paso. Y a
la represión, hay otro.
En
Veracruz, las quejas de los maestros fueron apaciguadas con un “cañonazo” de
dos mil 100 millones de pesos y una comida en Casa Veracruz con los principales
dirigentes sindicales.
Ya
se le cayeron los dientes al SNTE.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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