NUEVOS PARTIDOS: MEROS COTOS DE PODER

Si el Pleno del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) no dispone otra cosa, tres nuevos partidos nacerán este miércoles 9 de julio en México.
Se trata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que encabeza el dos veces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador; el Partido Humanista, que es una escisión del PAN integrada por los calderonistas desplazados por la actual dirigencia nacional; y el Partido Encuentro Social.
Sobre Morena no hay misterios. Es el partido de López Obrador, construido alrededor de su figura, en el que su palabra es, prácticamente, verdad absoluta e irrefutable, y quien ose contradecirla no tiene cabida ahí. Será la base sobre la que el ex jefe de Gobierno de la ciudad de México intentará ser candidato a la Presidencia de la República por tercera ocasión consecutiva, siempre y cuando su salud se lo permita.
Lo interesante de Morena es saber si con la obtención de su registro hará mella en los demás partidos que se hacen llamar de izquierda, en particular el PRD, donde podría haber una desbandada de los militantes que están hartos del entreguismo y pragmatismo salvaje de la “tribu” de “Los Chuchos”, que controla todos los órganos de dirección del Sol Azteca, a nivel nacional y de las entidades de la República.
De ser así, el PRD, que representó alguna vez el más grande logro de la izquierda, la unión de fuerzas en un solo instituto político que buscaría el poder por la vía democrática, quedará reducido a ser una patética caricatura de sí mismo, un membrete sin valor.
El Partido Humanista es la respuesta del calderonismo a la marginación que sufrió esta corriente política dentro de Acción Nacional por parte de la dirigencia que encabeza Gustavo Madero, ratificada con su reelección al derrotar en la interna de hace unos meses a Ernesto Cordero.
Aunque al frente del Partido Humanista aparecen formalmente Ignacio Irys Salomón, Javier López Macías y Ricardo Pinacho Ruiz, detrás de este organismo está el mismo ex presidente de México Felipe Calderón Hinojosa quien, irónicamente, puso en práctica con el PAN la misma estrategia de Andrés Manuel López Obrador con el PRD: si no controlo el partido, creo uno de mi propiedad y mantengo presencia en ambos.
También será interesante observar si este entuerto político sirve como contrapeso y oposición al propio Acción Nacional, que hasta ahora es el único partido con ideología abiertamente de derecha, a la que eufemísticamente han querido siempre disfrazar de “humanismo”. Bueno, pues para que no quepa duda de por dónde va la cosa, el nuevo partido lleva la simulación hasta en su nombre.
Encuentro Social es una asociación política cuasi confesional, surgida como partido local en Baja California cuya militancia está focalizada en la feligresía de las iglesias evangélicas, aunque dicen ser liberales, juaristas y defensores del Estado laico. Sus planteamientos políticos son profundamente conservadores (por ejemplo, se oponen a los matrimonios entre personas del mismo sexo y al aborto) y se dicen defensores de la familia y los valores morales. Es una especie de partido de derecha, pero protestante. Lo dirige Hugo Eric Flores Cervantes.
Al analizar los tres casos, lo que queda de manifiesto es que estos tres partidos, sin excepción, obedecen al interés de grupos y personas, pero no de la colectividad. Son meros cotos de poder de quienes, por un lado, fueron desplazados en sus partidos de origen y crearon su propio “changarro político”, y por otro, de grupos que defienden causas particulares muy específicas, válidas, pero que de ninguna manera representan el sentir, el pensar y el hacer de toda la sociedad mexicana.
Los integrantes de los tres organismos están en todo su derecho de participar en política y una vez que el INE así lo determine, estarán en condiciones de hacerlo formalmente, ni quien lo ponga en tela de juicio.
Lo malo es que, aunque no nos representen a todos, nosotros, los ciudadanos mexicanos, sí tenemos que mantenerlos a ellos, vía el erario público que alimenta sus prerrogativas.
Y en cuestión de dinero para los partidos, no hay Reforma Política que valga para reducir el dispendio.


Twitter: @yeyocontreras

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