CENTRALAZO

Aunque el gobierno estatal pretendía desentenderse de la misma y que pasara desapercibida, la orden dada desde Los Pinos de tomar el control en áreas estratégicas en las entidades federativas fue contundente y comenzó a surtir efecto en Veracruz.
El primer paso fue el relevo fulminante en la delegación del ISSSTE de Gonzalo Morgado Huesca para darle paso a Renato Alarcón Guevara, quien gracias a sus relaciones políticas en el Altiplano regresa al estado de donde tuvo que exiliarse un tiempo al ser defenestrado por el actual grupo gobernante.
Pero no será el único movimiento ni la única acción política que veremos en los días por venir. La instrucción de la Presidencia, anunciada por el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, es que todas las delegaciones federales en los estados se alineen con la propia delegación de Gobernación y que dejen de servir de comparsa de los gobiernos de los estados.
Así que en las próximas semanas y meses se producirán muchos cambios en la titularidad de las representaciones del Gobierno Federal en Veracruz y en el resto de los estados de la República.
Se trata de una decisión que en el argot político se conoce como “centralazo”, debido a que representa la concentración del poder y de las decisiones fundamentales en el gobierno central, convirtiendo en buena medida a las administraciones estatales, si bien les va, en meras ejecutoras de los programas que se les asignan.
Claro, cuando en realidad se les asignan y no las ahorcan restringiéndoles los recursos y marginándolas de las grandes obras, como sucede precisamente en Veracruz, que sigue pagando la derrota de Enrique Peña Nieto en el estado en las elecciones de 2012.
En ese mismo tenor se da el recule de todo el aparato estatal a su pretensión de una reforma constitucional para imponer un periodo de dos años al próximo gobierno, en aras de colocar al frente del mismo a un integrante del duartismo que le cuide las espaldas una vez que concluya este sexenio.
Lo adelantamos en este espacio la semana pasada y el propio gobernador Javier Duarte lo confirmó este lunes 30 de junio: la pretendida gubernatura de dos años, que muchos ya daban como un hecho sin “vuelta de hoja”, tendrá que esperar –eternamente, quizá-, ya que “no hay prisa”, pues en 2015 no hay comicios locales en el estado.
La reacción en el Congreso del Estado, de mayoría priista, fue en ese mismo sentido. El presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Nicolás Callejas Arroyo, anunció que sacaron de la agenda legislativa la discusión sobre la reforma para la gubernatura de dos años, pues tienen todavía un año para hacer esas modificaciones y quieren contar con el “consenso” de la sociedad y los actores políticos.
No hay que ser brujo para darse cuenta de que hubo una “sugerencia” para eliminar de la agenda pública de la entidad un tema que le mete ruido al Gobierno Federal, que en su intención de tomar el control en los estados no iba a permitir que en Veracruz le “metieran gol” con una reforma constitucional con abierta dedicatoria para perjudicar las aspiraciones de unos y apuntalar las de otros, siendo que éstos no cuentan con la aprobación de quienes toman ahora las decisiones en México.
Se acerca indudablemente un punto de quiebre entre los gobiernos estatal y federal. Y podemos tener la certeza de quién lleva ahí las de perder.

Twitter: @yeyocontreras


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