CHICANADAS DE LA REFORMA EN TELECOMUNICACIONES


La iniciativa de reforma constitucional en materia de telecomunicaciones presentada hace unos días por el presidente Enrique Peña Nieto y avalada por los partidos integrantes del Pacto por México, fue aplaudida y ensalzada como un logro histórico.
En los términos en que fue mostrada en un principio, al parecer sí lo era. Según lo planteado en el texto original enviado al Congreso de la Unión, la intención es acotar y regular los monopolios en los medios de comunicación electrónica y los servicios de telefonía fija y semifija, fomentar la competencia con el lanzamiento de dos cadenas privadas de televisión abierta y una más propiedad del Estado mexicano, entre otras cuestiones.
Por supuesto que la medida fue aplaudida, en mayor o menor medida, por todos los actores involucrados en el tema: concesionarios de radio y televisión, cámaras empresariales, y hasta los mismos Emilio Azcárraga y Carlos Slim, quienes mantienen entre sí una guerra abierta por la preponderancia en el mercado de las telecomunicaciones.
Sin embargo, es precisamente ese enfrentamiento entre ambos potentados lo que puede dar al traste con la reforma pues, aunque la aplaudieron públicamente, ambos saben que afectan sus intereses de predominio en sus sectores. Al fin monopolios.
Y las chicanadas han comenzado a manifestarse. Por un lado, el PRI introdujo reservas en el articulado de la reforma, pues pretende modificar los apartados de lo que se conoce como must carry y must offer, y que tienen que ver con la transmisión de las señales de televisión abierta en los sistemas de paga.
El texto original establece que este servicio sea gratuito para todos los concesionarios de televisión restringida, mientras que la modificación que pretende la bancada liderada por Manlio Fabio Beltrones busca mantener la gratuidad para las empresas de televisión por cable (controladas en su mayoría por Azcárraga), pero cobrarle derechos de transmisión a los que lo proveen vía satelital (o sea, la de Slim), lo que según fue denunciado por algunos legisladores, es resultado de las presiones de Televisa para proteger sus intereses.
El hombre más rico del mundo tampoco es una perita en dulce. Luego de “ganar un concurso de contratación de equipo y servicios” en la Cámara de Diputados, Telmex envió “convenientemente” en el marco de la discusión de la reforma, 500 iPads y 500 computadoras para los legisladores federales, lo que fue interpretado como un intento de la empresa de Slim por influir en el ánimo de los integrantes de San Lázaro.
En los hechos, partidos y gobierno corren el riesgo de convertirse en meros cabilderos de los intereses de Emilio Azcárraga y Carlos Slim, lo cual sería trágico, pues lo que está en juego es estratégico para la vida democrática del país. Si se desperdicia esta oportunidad, muy difícilmente habrá una nueva.

Twitter: @yeyocontreras

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