REFORMAS NEOLIBERALES


Aunque suena arcaico el término “neoliberalismo”, no hay mejor manera de calificar las reformas que el PRI, en voz de su dirigente nacional César Camacho Quiroz, anunció que impulsará este año en el Congreso de la Unión.
Son las reformas que el sector más conservador del priismo ha acariciado desde el sexenio de Carlos Salinas: una para el sector energético, que incluya la participación de la iniciativa privada en Petróleos Mexicanos y en el proceso para extraer el crudo; y otra de corte hacendario, que generalice el cobro del IVA a alimentos y medicinas, para mejorar la recaudación fiscal.
Estas iniciativas han generado desde hace más de 20 años una polémica política y hasta ideológica. Se trata de reformas de derecha, propias de un partido como el PAN, pero que son apoyadas por el ala del PRI motejada como tecnócrata o neoliberal, cuya agenda está regida por el tema económico y los dictados del Fondo Monetario Internacional.
La izquierda y el sector del PRI más inclinado hacia el nacionalismo revolucionario (que cada vez son menos) se han opuesto sistemáticamente a estas reformas. En el primer caso, defienden el mantener la tutela del Estado sobre los bienes propiedad de la Nación como el petróleo, cuya privatización ven como una traición a la patria. En el segundo caso, consideran que gravar con el IVA alimentos y medicinas sería atentar contra la población más marginada del país, que ya no tendría cómo acceder a estos productos de primera necesidad.
La discusión no ha estado exenta de politiquería. Incluso, después de que perdió el poder presidencial, y en un momento en que lo consideró conveniente para su imagen, el PRI modificó sus estatutos para prohibir a sus legisladores aprobar enmiendas legales que permitieran tanto la entrada de capital privado al sector petrolero como la generalización del IVA, asumiéndose, aunque usted no lo crea, como un partido socialdemócrata.
Pues todo parece indicar que el PRI dará marcha atrás y se olvidará de su etapa “socialdemócrata” para sacar de una vez por todas ambas reformas. El PRD ya anunció que se opondrá (a ver si es cierto), y el PAN seguramente las apoyará, aunque no gratis.
Considerando el talante conservador del gobierno de Enrique Peña Nieto, no resulta muy sorpresivo que pretendan estas reformas, y menos si se toma en cuenta la membresía salinista de muchos de sus colaboradores.
El problema es que Peña Nieto nunca dijo en campaña que volvería sobre los pasos del neoliberalismo. De haberlo hecho, quizás la votación habría sido otra.

Twitter: @yeyocontreras

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