¿EL HERMANO INCÓMODO?

Pasó de noche en los medios de comunicación tradicionales –no así en las redes sociales- el video difundido hace unos días con una supuesta acusación por tráfico de influencias y desvío de recursos públicos en contra de Cecil Duarte de Ochoa, hermano del Gobernador de Veracruz.
En el video en cuestión aparece José de Jesús Ramos Garrido, empresario cordobés del ramo agropecuario, quien fuera secuestrado en Xalapa –ciudad donde oficialmente no pasa nada-. Ahí, Ramos Garrido hace graves señalamientos en contra de Cecil Duarte.
“Trabajo desde hace aproximadamente dos años para Cecil Duarte de Ochoa, hermano del Gobernador. Yo hago proyectos y entre ocho y 20 millones me están entregando por esos proyectos al mes. (…) He hecho muchos, entre 100 y 200. Toda esa lana él se la lleva, yo soy el que da la cara, yo soy el que da el frente, a mí me pagan una miseria en comparación a lo que él se lleva.
“Esos cabrones, mientras están bien a toda madre ahí disfrutando de todo, a mí me tienen de la chingada. Yo aquí estoy dando la cara.  Esos cabrones nomás cobran la lana y viven como reyes. Mientras toda la gente los tiene como gente buena, son una bola de cabrones.
“Yo soy el que saca esa lana, pero toda esa lana se la quedan ellos. (…) Tienen un chingo de carros, diez, 15, no sé. Más aparte los que les da el gobierno para su uso y son un chingo también. Tienen un montón de escoltas, tienen un montón de camionetas, un montón de armas, un montón de dinero y viven como reyes. Un montón de casas y viajan seguido de vacaciones, siempre andan viajando de un lado para otro”, expresa en la grabación de poco más de dos minutos José de Jesús Ramos Garrido.
El estilo del video es el usado por las bandas del crimen organizado para mandar mensajes a sus adversarios: un hombre sometido por sus captores que es interrogado por los mismos con preguntas específicas que la persona secuestrada responde con lujo de detalles.
Este material comenzó a difundirse por el canal de videos YouTube a finales de la semana pasada, justo cuando el procurador del estado, Luis Ángel Bravo Contreras, anunciaba el rescate de Ramos Garrido luego de varios días desaparecido, tras realizar unas diligencias en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario en la capital de Veracruz.
Durante todo el fin de semana pasado, y contrario a su costumbre, el gobierno estatal, las plumas oficialistas y sus medios alternos para hacer guerra sucia guardaron absoluto silencio respecto de los señalamientos en contra de Cecil Duarte por presunto tráfico de influencias.
Fue hasta el martes 28 que el Procurador salió a decir que Ramos Garrido fue obligado a “confesar” (lo que resulta obvio) y que presumían una supuesta venganza contra el gobernador Javier Duarte por parte de “ex policías intermunicipales”.
Más allá de que no tiene valor probatorio legal el video de marras, al tratarse de una declaración que evidentemente fue hecha bajo coerción y amenazas, llama la atención el momento y la manera de lanzar este obús, a todas luces político, sobre quien puede representar un elemento de gran vulnerabilidad para el gobernador Javier Duarte, por tratarse de un miembro de su familia.
Además, Cecil Duarte ha tenido un activismo público intenso en la vida política del estado desde la campaña a la gubernatura. Él coordinó a la asociación denominada Juventud Dinámica, de donde han salido “distinguidos” cuadros como la actual secretaria de Organización del Comité Directivo Estatal del PRI, Corintia Cruz Oregón. Y se sabe de su participación en obras públicas de la actual administración estatal, algunas de las cuales tienen al borde del abismo a varios ex funcionarios.
Si el “hermano incómodo” del Gobernador es inocente de lo que se le señala, ¿por qué no hubo un desmentido categórico desde un principio? Porque de hecho no lo ha habido todavía. Sólo se ha dicho que el empresario fue obligado a decir lo que dijo.
Pero no que esto sea falso.

Twitter: @yeyocontreras

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