¿PARA CUÁNDO HAY GOBIERNO?
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Fotografía: Fiscalía General del Estado |
El enfrentamiento entre la Fiscalía General y
el Gobierno del Estado de Veracruz está alcanzando niveles francamente
ridículos, que ponen en entredicho el funcionamiento institucional de la
entidad.
Este martes, la Fiscalía a cargo –sí, todavía-
del yunista Jorge Winckler Ortiz inauguró el Centro Integral de Justicia para
la Mujer de Xalapa, que formalmente y más allá de las disputas políticas,
debería representar un avance en el acceso de las mujeres a la justicia, ya que
en este organismo confluirán todos los niveles de autoridad encargados de darles
atención a los casos de violencia, reuniendo en un solo espacio a
representantes del Tribunal Superior de Justicia, del Instituto de la Defensoría
Pública, de la Secretaría de Seguridad Pública y de la propia Fiscalía.
Sin embargo, la confrontación política pudo
más que la institucionalidad y la búsqueda del bienestar de las mujeres
veracruzanas. El gobernador Cuitláhuac García Jiménez no acudió al acto y envió
a funcionarios menores en representación de su administración, lo que dio pie a
que Winckler se adjudicara el mérito por la edificación del inmueble –que de
cualquier forma tenía que hacerse- y que se “quejara” de la ausencia de
coordinación entre el Ejecutivo y el organismo que aún encabeza, contra viento
y marea.
Ausencia de coordinación que sí ha tenido
consecuencias. Durante el primer mes de gobierno de García Jiménez, entre el 1
y el 31 de diciembre pasados, se registraron 138 asesinatos a lo largo del
territorio veracruzano, de los cuales, de acuerdo con lo registrado por los
medios de comunicación, 20 fueron de mujeres, el grupo poblacional al que se le
tendría que dar acceso a la justicia a través del mencionado centro.
Por supuesto que Winckler juega a hacerse la
víctima sin que le quede el papel. Durante la pasada administración la
violencia se disparó a pesar de que, como él mismo admitió, sí tenía
coordinación plena y directa con el secretario de Seguridad Pública Jaime
Téllez Marié y en especial con el gobernador al que le debe el cargo, Miguel
Ángel Yunes Linares.
A diferencia de lo que hace ahora, que
convoca a ruedas de prensa semanales, concede entrevistas y ofrece
declaraciones, durante el anterior gobierno Winckler Ortiz fue el más opaco de
los funcionarios, so pretexto del “debido proceso”. Hubo incluso quien lo
denunció por bloquear periodistas en su cuenta de Twitter. Lloriquear ahora
para justificar su incompetencia y su ausencia de autonomía en el pasado es
parte del libreto de un montaje político.
El verdadero problema es que en medio de la
reyerta institucional que mantiene semiparalizada la procuración de justicia en
Veracruz, los perjudicados no son los políticos sino las víctimas de la
delincuencia y la violencia, que ni ha disminuido ni puede combatirse con
eficacia porque la guerra morenismo-yunismo mantiene distraídas a las
autoridades de lo que en realidad debería constituir su prioridad como
servidores públicos: las veracruzanas y los veracruzanos.
El tema de la violencia contra las mujeres y
contra todos los ciudadanos debería ser abordado con seriedad y respeto por
quienes ostentan responsabilidades públicas. Pero en Veracruz es un pretexto
más para continuar aventándose mierda entre facciones políticas.
A ver cuándo empiezan a darse cuenta que hay
que gobernar este estado.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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