HIPOTECADOS DURANTE 25 AÑOS
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Fotografía: Archivo |
Resulta increíble que, a pesar de la evidencia pública de
sus falacias, en el gobierno de Javier Duarte se empeñen en repetir mentiras
para, ellos sí, confundir y engañar a la ciudadanía.
Al conocerse completa la iniciativa de decreto que el
titular del Ejecutivo envió al Poder Legislativo del Estado para la
reestructuración de la deuda pública de Veracruz, quedó de manifiesto que no
sólo se van a pedir tres nuevos créditos, garantizados con dos fondos de las aportaciones
federales así como con los recursos del recién aumentado impuesto a la nómina.
En el decretazo se
mal escondió una cuarta posibilidad de endeudamiento, que es la verdaderamente
preocupante. Pero en todos los casos, se trata de contratar deuda para pagar
deuda, como se dijo en este mismo espacio hace dos días.
Las operaciones de financiamiento a través de los fondos
de aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF) y
para Infraestructura Social (FAIS), así como con el impuesto a la nómina,
también fueron detalladas en la anterior entrega de esta columna: cinco mil
millones de pesos en el primer caso, mil 700 millones de pesos en el segundo y
15 mil millones en el tercero, para un total de 21 mil 700 millones de pesos
con los que el gobierno duartista dice que pagará 90 por ciento de la deuda
pública supuestamente heredada de la anterior administración, lo que como
también se demostró en la Rúbrica de este jueves, con base en documentación
pública del propio Gobierno del Estado, es un mito.
Pero la cuarta operación prevista en el decreto de
reestructuración de la deuda contratada casi en su totalidad durante el
gobierno de Javier Duarte de Ochoa, consiste –según se plantea con un lenguaje
que de tan enredado, quisiera parecer cifrado– en autorizar que “los montos de
amortizaciones que se realicen en virtud de la aplicación de los recursos
obtenidos del crédito que se contrate con fuente de pago en el FAFEF, se pueda
reflejar en un monto equivalente de financiamiento a ser destinado a inversión
pública productiva y cuya fuente de pago sea el derecho y los ingresos a las
participaciones que en ingresos federales corresponden al estado del Fondo
General de Participaciones” (sic).
¿Esto qué quiere decir? Que el gobierno de Javier Duarte
pretende obtener cinco mil millones de pesos adicionales una vez que cubra una
porción de la deuda a través del FAFEF, liberando así las participaciones federales
que le corresponden a Veracruz y que en este momento están comprometidas en su
totalidad.
Y el interés por liberar específicamente las
participaciones es que, a diferencia de las aportaciones, son recursos sin
etiqueta, de los que los gobiernos de las entidades federativas pueden disponer
como mejor les plazca.
Esto queda completamente al descubierto en el artículo
sexto del decreto de reestructuración, con un agravante brutal. En el numeral
se dispone que “conforme se vaya liquidando el saldo de la deuda pública actual
(…) se autoriza al Ejecutivo del Estado, a través de la Secretaría de Finanzas
y Planeación, la contratación de endeudamiento, por un plazo de hasta 25 años,
por ese mismo monto (cinco mil millones de pesos). (…) Este financiamiento
podrá tener como fuente de pago el derecho y los ingresos a las
participaciones”.
Con ese dinero, fresco y con la posibilidad de manejarlo
a su antojo, el gobierno de Javier Duarte de Ochoa estará en condiciones de
operar las elecciones del año entrante para imponer sucesor y evitar rendir
cuentas sobre el desastroso manejo de las finanzas que ha llevado a Veracruz a
la situación que obliga a hacer estos malabares financieros.
Mientras tanto, Veracruz y los veracruzanos quedaremos
hipotecados durante 25 años.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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