EL BOTÍN DE DERECHOS HUMANOS
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Fotografía: Quadratín Veracruz |
Si alguien que no
pertenece realmente al círculo más íntimo del grupo en el poder en Veracruz se
ha sostenido políticamente durante los últimos dos sexenios, ésa ha sido Gina
Domínguez Colío.
La estrategia de la
primera coordinadora de Comunicación Social del sexenio de Javier Duarte de
Ochoa para sobrevivir políticamente fue, desde la anterior administración,
extender sus redes, colocar alfiles en todas las oficinas, dependencias, organismos
e incluso medios de comunicación posibles, en los cuales sustentar su fuerza.
Desde finales del sexenio
de Miguel Alemán Velasco, Domínguez Colío –en aquel entonces una respetada
periodista- comenzó a tejer sus redes colocando incondicionales suyos en
posiciones de poder. Aunque su verdadero golpe de suerte fue conocer durante la
campaña de 2004 a Rosa Borunda de Herrera, esposa del entonces candidato del
PRI a gobernador, Fidel Herrera Beltrán. Tras realizarle una entrevista, se
ganó su confianza y simpatía, lo que le valió convertirse es su asesora
plenipotenciaria todo el siguiente sexenio y conocer las mieles de la plenitud
del “pinche poder” en toda su extensión, negocios a su amparo incluidos.
Fue precisamente por su
relación con Rosa Borunda –con quien, irónicamente, terminaría peleada a
muerte- que logró acercarse al entonces secretario de Finanzas y Planeación,
Javier Duarte de Ochoa, de cuya comunicación se encargó a partir de su
comparecencia ante el Congreso del Estado en diciembre de 2008, permaneciendo a
su lado durante las campañas por la diputación federal por Córdoba en 2009 y la
gubernatura al año siguiente.
Una vez Duarte en el
poder, como era natural, la nombró coordinadora de Comunicación Social del
Gobierno del Estado de Veracruz y poco después, le añadió la responsabilidad de
ser la vocera del Ejecutivo, confiriéndole un poder que nunca nadie tuvo jamás
en un cargo de esta naturaleza. No por nada en los primeros años del sexenio
duartista se referían a ella, no sin sorna, como la “vicegobernadora”.
Su actuación al frente de
Comunicación Social y la vocería del gobernador tuvo como principal saldo el
resquebrajamiento de la relación de Javier Duarte con los periodistas y los
medios que la funcionaria veía como adversarios, privilegiando en cambio, con
toda clase de canonjías, a los llamados por ella misma “aliados” del régimen.
Mientras la relación
prensa-gobierno se deterioraba aceleradamente y la escalada de asesinatos de
periodistas marcaba para siempre a Veracruz, Gina Domínguez siguió tejiendo sus
redes, dando a luz al engendro llamado Comisión Estatal de Atención y
Protección a Periodistas (CEAPP), creado para lavar la cara del duartismo
frente a los crímenes contra reporteros, y al cual ve como su mayor “legado”
para la entidad.
Su posición se hizo
insostenible tras la protesta mundial contra Javier Duarte luego del asesinato
del reportero Gregorio Jiménez en Coatzacoalcos, por lo que, a pesar de su
resistencia, fue relevada de la Coordinación de Comunicación Social.
Y aunque perdió buena
parte del poder que llegó a acumular, logró mantenerse cerca de donde pudiera
seguirla escuchando el gobernador Javier Duarte, quien terminó colocándola en
un órgano priista, la presidencia de la Fundación Colosio Veracruz.
A la par de su ascenso y
descenso en la política, Dominguez Colío comenzó a construir un emporio
mediático y económico. Es propietaria de la franquicia de la agencia de
noticias Quadratín en Veracruz, del permiso de operación de tres radiodifusoras
de carácter cultural en el norte, centro y sur del estado, así como de
restaurantes y cafeterías.
Pero nunca dejó de lado
la estrategia que le ha permitido la supervivencia. Mantiene su red de
intereses dentro de la administración estatal, siendo la más visible de todas
la CEAPP, donde controla la Secretaría Ejecutiva, la Presidencia y la Dirección
de Procesos, cuyos titulares son también “colaboradores” en Quadratín Veracruz.
Ahora tiene la mira
puesta en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en donde pretende colocar como
presidenta a su incondicional Namiko Matzumoto Benítez, secretaria ejecutiva de
la funesta CEAPP, y quien arrancó su “campaña” para ese puesto el lunes pasado,
al ser la presentadora oficial del plan de acciones que contemplará el Programa
Estatal de Derechos Humanos del Gobierno del Estado, dado a conocer ese día,
tras el demoledor informe preliminar de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos sobre el caso Veracruz.
Porque para ella, sólo se
trata de otro botín por el cual ir al abordaje.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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