EL DERRUMBE DEL PAN EN VERACRUZ
Fotografía: Archivo |
Al menos en el estado de Veracruz, el Partido Acción Nacional
no tiene mucho por qué celebrar.
Ni el aplastante triunfo del panismo yunista en el
distrito de Veracruz rural, donde hicieron morder el polvo a Carolina Gudiño
Corro, la candidata de Fidel Herrera, puede servirle de consuelo ni alimentar
el optimismo de un panismo que quedó desdibujado en el estado.
El pasado domingo, la votación del PAN en la entidad se
vino abajo completamente. A reserva de conocer los resultados finales de los
cómputos distritales, con los datos arrojados por el Programa de Resultados
Electorales Preliminares (PREP), se puede constatar el derrumbe. Apenas habría
obtenido poco más de 520 mil votos.
Esto significa que Acción Nacional redujo sus porcentajes
de votación en Veracruz a menos de la mitad de lo que logró en la anterior
elección federal, la de 2012, cuando obtuvo un millón 203 mil 157 sufragios.
Una diferencia abismal.
Y ya ni hablar de la anterior elección de Gobernador,
donde alcanzó un millón 278 mil votos, la más alta de su historia. No hay punto
de comparación.
¿Qué le pasó al PAN? Varios factores incidieron en su
caída en Veracruz. De entrada, y como lo mencionamos en la anterior entrega de
esta columna, la apabullante operación del PRI y el gobierno estatal para
cooptar el voto, particularmente en las zonas rurales más pobres y atrasadas.
Pero no pueden escudarse ni justificarse en ello. La anodina
dirigencia de José de Jesús Mancha Alarcón fue determinante para la debacle
blanquiazul. Señalado de manipular y hasta vender candidaturas, sin
personalidad ni altura política, le hizo un gran daño a su partido.
Además, Acción Nacional postuló pésimos candidatos en
varios distritos, como el de Xalapa urbano, donde realmente parecía –o quizás
no sólo lo aparentaba– que quería perder.
Asimismo, las divisiones facciosas entre los grupos
panistas provocaron que cada uno se ocupara de sus particulares intereses en
lugar de “jalar parejo”. En el PRI entendieron que necesitaban sumarse para
ganar. Y a su manera, pero lo hicieron y se llevaron la mayoría de los
distritos en Veracruz.
En cambio, el PAN con apuro se quedará con dos: Veracruz
rural, el bastión de la familia Yunes Márquez, y Veracruz urbano, y eso si el
PRI no le arrebata en la mesa, durante el cómputo distrital, lo que no demostró
haber ganado en las urnas.
El principal problema para el panismo es que en estas
condiciones, no tendría posibilidad alguna de ganar la gubernatura el año que
entra. El proceso electoral local comienza dentro de cuatro meses. Muy poco
tiempo para remontar una tendencia tan adversa.
Sólo si los panistas dejan de lado sus ambiciones
personales y trabajan por el objetivo común de ir en pos de la gubernatura,
tendrán alguna posibilidad de reponerse de este golpe y ser al menos
competitivos en el proceso electoral de 2016. De lo contrario, dejarán la
puerta abierta para que el PRI siga gobernando a Veracruz.
Con todo lo que eso implica.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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