DEL "REFERÉNDUM" AL DESEQUILIBRIO
Fotografía: Gobierno del Estado de Veracruz |
Ufano, el gobernador Javier Duarte de Ochoa afirmó, en
una reunión con dueños de medios de comunicación, que los resultados de la
elección del pasado 7 de junio habían sido un “referéndum” para su
administración.
Esto en referencia a que, en los resultados finales, a su
partido, el Revolucionario Institucional, no le fue mal, al menos
aparentemente. De 21 distritos en disputa, el PRI se alzó con la victoria en
16, mientras que el PAN se quedó con dos, al igual que el debutante Movimiento
de Regeneración Nacional, y uno el agónico Partido de la Revolución
Democrática.
Con base en lo anterior, Duarte de Ochoa manifestó ante
su selecto grupo de invitados a “celebrar” la “libertad de expresión” –con la
“prole” lo hará hasta la semana que entra– que ratificaba su
compromiso para “dar continuidad” a las acciones que “requiere Veracruz para su
desarrollo”.
Y la continuidad a la que aspira Javier Duarte es a la de
imponer sucesor en el Gobierno de Veracruz. No por nada su “delfín”, el
diputado federal electo por Tuxpan Alberto Silva Ramos, le dice a quien lo
quiere oír que su proyecto en pos de la gubernatura “sigue en pie”.
Pero, ¿de verdad la votación refleja aceptación hacia el proyecto
y gobierno duartista? Si nos atenemos al número de distritos ganados por el
PRI, podría darse crédito a esa idea. Pero si el criterio se basa en la
votación efectiva, las cosas cambian.
De acuerdo con el cómputo final del Instituto Nacional
Electoral, en el estado de Veracruz el PRI obtuvo una votación total de 722 mil
509 sufragios. Si se le suman los 195 mil 886 de su aliado el Partido Verde, la
coalición duartista-fidelista alcanza 918 mil 395 votos en todo el estado.
Si se hace la misma operación y se suman todos los votos
de los demás partidos que contendieron, resulta que un millón 479 mil 206
veracruzanos votaron en contra del PRI y de lo que representa. ¿Eso es un voto
de confianza para el gobierno de Javier Duarte?
Sin embargo, para el Gobernador tener a la mayoría de los
veracruzanos en contra no es importante. Y más luego de que la Suprema Corte de
Justicia de la Nación desechó el recurso de inconstitucionalidad promovido por
Movimiento Ciudadano en contra de la gubernatura de dos años impulsada por su
gobierno, precisamente con la idea de colocar ahí a un sucesor a modo.
Pero ni la victoria distrital del PRI ni la decisión de
la Corte cambian una realidad incontrovertible: la administración de Javier
Duarte ha cometido una serie de irregularidades por las que debe responder.
El dedo en la llaga lo puso el presidente de la Comisión
de Hacienda y Crédito Público del Senado José Francisco Yunes Zorrilla, quien
el miércoles 10 de junio declaró que en Veracruz hay un desequilibrio
financiero mensual de 800 millones de pesos, lo que anualmente representa la
friolera de nueve mil 600 millones de pesos que el gobierno no sabe de dónde
tomar.
Y esto es a causa del brutal saqueo a las finanzas
públicas cometido por el grupo gobernante, que ya ha sido denunciado por la
Auditoría Superior de la Federación ante la Procuraduría General de la
República, que no sabemos cuándo se va a dignar cumplir con su responsabilidad.
Pero aquí prefieren seguir celebrando.
Justicia, nada más
Regina Martínez y los demás periodistas veracruzanos
asesinados durante los últimos años no necesitan que una plaza pública o una
calle lleve sus nombres para honrarlos.
Necesitan justicia. Nada más.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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