EL CANTO DEL “GOLONDRINO”
Fotografía: Archivo |
De manera por demás inopinada, el secretario de
Infraestructura y Obras Públicas del Gobierno del Estado, Tomás Ruiz González,
se encartó, quién sabe a partir de qué oscuros intereses, como aspirante a
candidato a gobernador de Veracruz.
En una reunión con empresarios de Coatzacoalcos –donde
desde hace doce años pretende ubicar su lugar de nacimiento, aunque se le ha señalado
que es defeño e incluso yucateco– Ruiz González “destapó” su deseo de ser
candidato a gobernador y lo hizo sobre una base suicida: la obra del túnel
sumergido, que lleva meses detenida y
semiabandonada, generando pérdidas por miles de millones de pesos al estado.
Ruiz González fue a Coatzacoalcos a anunciar que concluirá
en un año el interminable “túnel de la corrupción” que lleva casi 15 años
construyéndose, y en el que tan sólo en la revisión de la Cuenta Pública de
2013 realizada por el Órgano de Fiscalización Superior del Estado, se detectó un
daño patrimonial del orden de 255 millones 374 mil 105 pesos, por el cual nadie
no sólo no ha ido a parar a la cárcel. Ni siquiera se ha presentado denuncia
alguna.
La obra fue concesionada ahora al poderoso Grupo Carso de
Carlos Slim, a quien se le amplió el periodo de usufructo de dicha concesión de
37 a 45 años. Ésa es la apuesta sobre la que Tomás Ruiz decidió lanzarse
nuevamente a la aventura de incluirse como aspirante a la gubernatura, en un
segundo intento.
El primero fue hace 11 años, en el ahora lejano 2003.
Tomás Ruiz González fue hecho diputado federal plurinominal por el PRI a
recomendación del entonces gobernador de Veracruz Miguel Alemán Velasco, quien
buscaba hacerlo crecer políticamente para presentarlo como su carta en el
proceso de su propia sucesión, pues abominaba la idea de que Fidel Herrera
Beltrán llegara a quedarse con la candidatura y luego con la gubernatura. Y qué
razón tenía.
Pero a pesar de la brutal campaña mediática lanzada para
promover su imagen, la figura de Tomás Ruiz González, a quien se apodó en
aquellos años como el “golondrino” –por aquello de que sólo se apareció de
momento en Veracruz, donde nunca hizo carrera política–, nunca creció. En las
encuestas nada más no pintó, por lo que tuvieron que abandonar la idea de
postularlo.
Enfurecido, Tomás Ruiz se alió en la Cámara de Diputados
con la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo en contra del en ese momento
dirigente nacional del PRI, Roberto Madrazo Pintado, lo que los llevó a ambos,
así como al también diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares, a renunciar a
su militancia priista.
Ruiz González transitó entonces de la dirección general
de la Lotería Nacional en el gobierno de Vicente Fox a la dirigencia nacional
del Partido Nueva Alianza, siempre bajo el cobijo de Elba Esther Gordillo.
Hasta que se alejó de la maestra. Su futuro político lucía incierto.
Quien lo rescató fue Javier Duarte de Ochoa al
incorporarlo a su equipo de campaña primero y a su gabinete después como
secretario de Finanzas y Planeación. El primero de esta administración. Duró en
el cargo hasta marzo de 2013, cuando presentó su renuncia por “motivos
personales”, aunque se manejó que más bien quería deslindarse del desastre
financiero de la entidad que ya desde entonces se percibía, y que explotaría
como bomba pocos meses después.
Ruiz González regresó al gobierno duartista dos años
después, en marzo de 2015, como secretario de Infraestructura y Obras Públicas.
Y ahora cree que sí es la suya.
Pero un “golondrino”, por más que lo apoye Carlos Slim,
difícilmente hace verano en la política. Y más tratándose de la gubernatura de
Veracruz.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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