¿COMPLICIDAD O DEMENCIAL INEPTITUD, SEÑOR PROCURADOR?
Cada vez que pensamos que ya lo hemos visto todo en
Veracruz, que no podemos caer más bajo en materia de procuración e impartición
de justicia, nuestras autoridades se esfuerzan denodadamente por demostrarnos
que siempre pueden hacer las cosas mucho peor.
Este 2 de septiembre, en el Juzgado Noveno de Distrito con
sede en Coatzacoalcos se
concedió un amparo a los presuntos asesinos
intelectual y materiales del reportero Gregorio Jiménez de la Cruz, ejecutado
en febrero pasado y cuyo cuerpo fue encontrado en una fosa clandestina en Las
Choapas unos días después de haber sido plagiado.
De acuerdo con el amparo
215/2014, se acreditó que los presuntos victimarios de Goyo Jiménez se
declararon culpables del crimen luego de que elementos de la Policía
Ministerial del Estado los torturaron para “sacarles la confesión”, por lo que
un juez federal determinó que se desechen las pruebas periciales y las
declaraciones de los indiciados, y que el juzgado revise la investigación, lo
que significa, en términos llanos, que tienen un pie fuera de la cárcel.
Esta situación nos remite
irremediablemente al caso de Regina Martínez, cuyo supuesto asesino y único
detenido por su homicidio, Jorge Antonio Hernández Silva, también fue puesto en
libertad por el Poder Judicial estatal, al haber sido torturado por la Policía
Ministerial para declararse culpable del asesinato de la periodista. Y aunque
meses después se ordenó su reaprehensión, sigue libre y el crimen en total
impunidad.
Todo indica que el
asesinato de Goyo Jiménez va por la misma ruta, y lo peor es que, a diferencia
del de Regina, en su caso sí hay indicios que probarían la culpabilidad de los
indiciados, pero por la brutalidad con que actúan las corporaciones policiacas
y la supina ineficacia con que integra sus expedientes el Ministerio Público,
los presuntos homicidas están a punto de recuperar su libertad y de que, otra
vez, la impunidad sea la nota dominante en un crimen cometido contra un
periodista en el estado de Veracruz.
¿De qué se trata, señor
procurador Luis Ángel Bravo Contreras? ¿No le parece que ya es demasiado? Tanta
ineficacia en casos de agresiones a periodistas, que terminan en que nadie paga
por los crímenes cometidos en su contra, resulta ya hasta sospechosa. Sobre
todo porque cuando se trata de lo contrario, de “aplicar la ley” a los
periodistas críticos que se ven envueltos en problemas legales, ahí sí el
Ministerio Público es no sólo cuidadoso de las formas y los términos en los que
consigna los casos ante los jueces, sino que es “implacable” con quienes
considera son sus “enemigos” y hace todo lo posible, y hasta lo que legalmente debería
ser imposible, para tenerlos encerrados. Para mayor ejemplo, el caso de María
Josefina Gamboa Torales.
¿Existe tal nivel de
torpeza en la Procuraduría General de Justicia del Estado? Creemos que no, que
hay en la Fiscalía estatal gente preparada y conocedora de la ley que no cometería
errores en los que ni un estudiante de primer semestre de Derecho incurriría.
Lo que sí creemos que
exista en la Procuraduría, y en general en todo el Gobierno del Estado de
Veracruz, es una gigantesca inquina en contra de los integrantes del gremio
periodístico, lo que se hace patente en casos como éste, en el que por no
cuidar que se cumpla con el debido proceso para castigar un delito, se termina
por prohijar la ilegalidad, el amparo a delincuentes y la más absoluta y
dolorosa ausencia de justicia.
Y si esto no es así,
demuéstrennoslo.
Solidaridad con
Ignacio Domínguez
Por si no fuera ya de
terror el clima de intimidación contra los periodistas en Veracruz, la
madrugada de este martes 2 de septiembre fue tiroteado el domicilio particular
del periodista Ignacio Domínguez, director de la publicación semanal Tinta
Verde, dedicada a los temas agropecuarios.
El veterano periodista
asegura no tener enemigos ni idea de quién sea el responsable de la agresión,
que además le dejó a la puerta de su casa, en una de las principales avenidas
de Xalapa, capital de Veracruz, un mensaje intimidatorio clavado en la cabeza
de un cerdo.
Expreso mi condena a este
nuevo embate contra un compañero del medio, así como mi solidaridad con él y la
exigencia de que la autoridad proteja su integridad y la de su familia.
Que luego no digan que no
sabían que estaba en peligro.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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