UNA AUTOPISTA "PADRÍSIMA"
Este 17 de septiembre el presidente Enrique Peña Nieto
inaugurará la autopista México-Tuxpan, una de las obras de infraestructura más
costosas y que más tiempo ha tardado en realizarse en el país, 20 años nada más.
El tramo que inaugurará el mandatario es el
correspondiente a Nuevo Necaxa-Ávila Camacho-Tihuatlán, con lo que quedará
concluida esta vía de comunicación que representará un hito histórico para la
población de la zona norte del estado de Veracruz.
Esta autopista tiene en total 283 kilómetros de longitud
y su construcción inició en 1994, durante el sexenio de Carlos Salinas de
Gortari. El último tramo, de apenas poco más de 36 kilómetros,
tardó nueve años en ser terminado por la empresa ICA, debido a la complejidad
técnica de la obra, que incluye unos gigantescos puentes y largos túneles.
La trascendencia de esta autopista radica en que el
puerto de Tuxpan será, por tierra, el más cercano de todo el país a la ciudad
de México, pues estará a solamente poco más de tres horas de viaje, lo que
traerá repercusiones comerciales y económicas de grandes proporciones para toda
esa región de la entidad veracruzana.
Sin embargo, y a pesar de que al menos en teoría el más
beneficiado con la obra es el estado de Veracruz, para el presidente Peña Nieto
no resultó importante que fuera esta entidad la anfitriona del acto inaugural,
y le concedió ese “privilegio” al vecino estado de Puebla, donde gobierna
el neo ¿panista? Rafael Moreno Valle Rosas.
Así es. Enrique Peña Nieto inaugurará la autopista en
Nuevo Necaxa, que está en territorio poblano, por donde también cruza la obra. Y
hasta el momento se desconoce si pondrá pie en Veracruz.
Para quienes entienden de protocolos y señales políticas,
esto representa un desaire para el gobierno de Veracruz, por tratarse de una
obra gestionada y promovida por éste durante cuatro administraciones estatales
seguidas.
En cambio, en Puebla nunca se consideró a la autopista México-Tuxpan
como una obra fundamental para el desarrollo de esa entidad. Porque realmente no
lo es, a diferencia de lo que representará para Veracruz.
Esta decisión de “logística” es una muestra más del
encono que tiene el Presidente de México hacia Veracruz y el actual grupo gobernante,
pues fue éste uno de los estados donde perdió la elección en el 2012, lo que no
le perdona a los operadores políticos veracruzanos y cada que puede lo hace
evidente.
En contraparte, Peña Nieto tiene siempre especiales
deferencias con el Gobernador de Puebla, a cuyo estado acude con regularidad y
donde ha inaugurado diversas obras durante los casi dos años que lleva su
sexenio, no obstante que pertenecen a partidos políticos distintos.
Con todo y ello, la autopista México-Tuxpan será una obra
cuyas repercusiones trascienden regímenes gubernamentales y actores políticos. Es
“un
añejo anhelo, algo padrísimo, algo
muy importante que ya veníamos esperando los veracruzanos desde hace muchos
años”, tal como declaró, visiblemente contento, el gobernador Javier Duarte de
Ochoa la mañana del 16 de septiembre ante un grupo de reporteros.
Aunque la noticia de la sede poblana para el acto quizás
haya terminado con la alegría del Gobernador y lo devolvió a su cruda realidad.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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