¿VOCEROS DE LA DELINCUENCIA?
Dos piezas presentadas esta semana por dos periodistas de
reconocimiento nacional en sus espacios radiofónicos, colocaron en la agenda el
tema del papel de los medios ante la delincuencia organizada y el peligro de
convertirse en voceros de los criminales.
El lunes 22 de septiembre, la periodista Carmen Aristegui
presentó en su noticiero en MVS Radio una “investigación” en la que se exhibió un
video en el que Eliseo Caballero, corresponsal de Televisa en Michoacán, y José
Luis Díaz, director de la agencia informativa Esquema, están reunidos con el
narcotraficante Servando Gómez “La Tuta”, a quien le ofrecían “asesoría” en
temas de comunicación, por lo cual recibían un pago.
El equipo de Aristegui buscó a ambos periodistas para
conocer su versión, y ambos se justificaron diciendo que si no hubieran
accedido a las peticiones del jefe del cártel de los Caballeros Templarios,
éste los habría asesinado.
El video en cuestión, según admitió la propia Carmen
Aristegui, les fue enviado en una unidad de almacenamiento USB, como un
“regalito” más de los que “La Tuta” acostumbra enviar a los medios para
destruir la reputación de la gente con la que se ha reunido, lo que le ha
costado su cargo y su libertad a algunos alcaldes michoacanos y hasta provocó
la caída del gobernador Fausto Vallejo, luego de que su hijo Rodrigo apareció
en otro video con el narcotraficante.
Aristegui fue criticada por servir de vocera de los
intereses de los delincuentes al difundir este tipo de material, que
efectivamente obedece a la estrategia de este grupo criminal, que al final consiguió
lo que quería: la condena pública y la probable consignación penal de ambos
periodistas, mismos que dejaron de serle útiles al capo.
Pero no fue el único caso. El martes 23, el periodista
Ciro Gómez Leyva transmitió en su noticiero matutino en Radio Fórmula una
entrevista con el “empresario” veracruzano Francisco Colorado Cessa, sentenciado
a 20 años de prisión en la prisión de Bastrop, en el estado de Texas, por lavar
dinero del cártel de los Zetas con la compra de caballos pura sangre, y que en
la revista Newsweek Veracruz acaba de ser señalado como autor intelectual de
los asesinatos de Raúl Gibb, quien fuera dueño del diario La Opinión de Poza
Rica, y del dueño del hotel Isla Tajín, Uilses Caballero Salas.
En dicha entrevista –la segunda que en menos de dos
semanas le hizo Gómez Leyva-, Colorado afirma que el ex candidato del PAN a la
gubernatura veracruzana, Miguel Ángel Yunes Linares, le pidió dinero para su
campaña a través de uno de sus personeros, Manuel Muñoz Gánem. “No les di
nada”, afirmó Pancho Colorado.
Y de manera un tanto “extraña”, por no decir inducida, Colorado
Cessa se apresuró a “aclarar” que en esa misma época, con lo único que “apoyó”
la campaña a la gubernatura de Javier Duarte de Ochoa fue “con mi confianza y
con mi voto”.
En la primera entrevista que le hizo Gómez Leyva, publicada
hace unas dos semanas en Milenio Diario, el empresario negado por todos los
políticos en Veracruz reconoció que había apoyado la campaña de Duarte de
Ochoa, atajando de inmediato la pregunta con un “¿y eso qué tiene que ver?”.
En ambos casos, la delgada línea entre el interés
político, la relevancia periodística y la ética profesional se cruza de manera
casi imperceptible. ¿Actuaron ambos periodistas como voceros de la delincuencia
para servir intereses ajenos al interés público?
Los lectores tienen la última palabra.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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