EL LODAZAL PANISTA
El
proceso interno para elegir al próximo dirigente nacional del PAN ha sacado lo
peor de los participantes en esa contienda.
Como lo
manifestamos en una entrega anterior, ambos bandos no sólo se aliaron con impresentables
alas del priismo a nivel federal y local, sino que recurren a las peores
prácticas de la política: la cooptación del voto de los panistas, el desvío de
recursos públicos para apoyar a sus candidatos, la descalificación soez, el
incumplimiento -desde ahora- de compromisos públicos, entre otras cosas.
Por
momentos, la elección panista hasta parece interna perredista, de tan bajo que
es el nivel. Algo que, en otros tiempos de Acción Nacional, sería impensable,
pues sus procesos de elección de candidatos se caracterizaban por ser hasta
tersos, por llamarlos así.
En buena
medida, esto se debe a que el PAN no se ha preparado para procesos que
impliquen comicios a urna abierta, a diferencia del pasado en el que las
decisiones se tomaban mediante controladas y asépticas convenciones de
delegados.
La
democracia participativa se le ha indigestado al PAN, que ha sido colonizado
por prácticas propias del priismo del que lo mismo reniega que hace alianzas
con él cuando le es preciso. Y en el pecado ha pagado la penitencia.
Por
ejemplo, las denuncias por desvío de recursos públicos del panismo poblano en
contra del gobernador Rafael Moreno Valle, un ex priista que llegó y ejerce el
poder bajo las siglas blanquiazules, son muestra fiel de esa descomposición de
un partido que en aras del pragmatismo y de la victoria electoral, dejó entrar
al diablo en su casa y ahora no sabe cómo sacarlo de ahí.
Eso es
cuento conocido en Veracruz, donde el panismo tradicional primero invitó a otro
ex priista, Miguel Ángel Yunes Linares, para levantar su votación y contender
por la gubernatura, y ahora lo combate para evitar que tome el control total de
Acción Nacional en la entidad.
Precisamente,
Yunes Linares acaba de atizar el fuego en redes sociales al acusar, a través de
su cuenta de Twitter, que el candidato a dirigente nacional panista Ernesto
Cordero se reunió en privado con el gobernador Javier Duarte de Ochoa en la
ciudad de Coatzacoalcos.
Con eso provocó,
quizás con toda intención, una respuesta airada del vocero Alberto Silva, quien
negó tal encuentro y, en una reacción totalmente fuera de lugar, lanzó un
rosario de descalificaciones al coordinador estatal de la campaña de Gustavo
Madero, y con ello metió públicamente al gobierno veracruzano en medio de la
contienda panista.
El show
concluye este domingo 18 de mayo, cuando se llevarán a efecto los comicios
internos, aunque desde ahora se prevé que habrá un proceso de impugnación de
los resultados, pues la polarización es mucha y no se descarta que los más
preclaros “mapaches” del priismo paleolítico –operadores, les llaman de manera
elegante- hagan de las suyas en estados como Puebla o Veracruz, para ayudar a
ambos bandos panistas, según sea el caso.
De
concretarse lo anterior, el desgaste y el descrédito de este partido político
se ahondarán. Tanto, que podría quedar a merced de ese priismo que busca
cooptarlo por todos los frentes para al final, aniquilarlo.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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