PÓRTENSE BIEN, PINCHES MEDIOS
Fotografía: archivo |
Hace cuatro años, el últimamente multicitado
ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa profirió una de las frases que
marcaron definitivamente su infame paso por el gobierno estatal en cuanto a la
relación con los medios de comunicación.
“Pórtense bien”, dijo Duarte ante un grupo de
reporteros y directivos de medios de la zona norte del estado, reunidos con él
para “celebrar” el procaz “día de la libertad de expresión” en un momento en el
que ya se habían registrado más de diez asesinatos de comunicadores en la
entidad.
“Se lo digo a ustedes, por su familia, pero
también por la mía, porque si algo les pasa a ustedes a mí me crucifican todos
(sic). Pórtense bien. Todos sabemos quiénes andan en malos pasos. Dicen que en
Veracruz solo no se sabe lo que todavía no se nos ocurre. Todos sabemos
quiénes, de alguna u otra manera, tienen vinculación con estos grupos. Todos
sabemos quiénes tienen vínculos y quiénes están metidos con el hampa. ¡Pórtense
bien, por favor!, se los suplico. Vienen tiempos difíciles”, advirtió en aquel
entonces Duarte de Ochoa.
Hay que recordar que el gobernador priista
gustaba de criminalizar indistintamente a las víctimas de la violencia en el
estado con tal de evadir su propia responsabilidad en el desastre en el que
tenía sumido a Veracruz. Y si a quien había que vincular con el hampa para
sugerir que se merecía lo que le había pasado era un periodista, a los cuales
detesta –salvo a los que lo adulan y le dan por su lado-, pues tanto mejor para
él.
Si bien el contexto y la circunstancia no son
comparables en sí mismas, llama poderosamente la atención que el presidente de
la República, Andrés Manuel López Obrador, haya utilizado una variación del
“pórtense bien” de Duarte al quejarse de la línea crítica del semanario Proceso
hacia las acciones de su administración.
López Obrador declaró en su conferencia
mañanera de este lunes –en las que hay cada vez menos periodistas y cada vez
más “paleros” con ridículas y vergonzantes preguntas a modo- que Proceso “no se
portó bien” con su gobierno en sus últimas ediciones y que por ello ha dejado
de leer la publicación.
El presidente fue más allá e imbuido de ese
aire de megalomanía que lo hace creerse el salvador de la patria, aseguró que “todos
los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las
transformaciones (...) Los periodistas mejores que ha habido en la historia de
México, los de la República restaurada, todos, tomaron partido. Y es que es muy
cómodo decir: ‘yo soy independiente o el periodismo no tiene por qué tomar
partido’, o apostar a la transformación”.
La gravedad del dislate del titular del Ejecutivo federal no es poca cosa. En un país donde se asesina periodistas como si nada, llamar al linchamiento de quien ejerce la crítica es, además de irresponsable, criminal. Amén de que demuestra el nulo entendimiento que el mandatario tiene de la labor periodística.
Porque contrario a lo que afirma López Obrador, declararse independiente y con libertad de criterio para ejercer el periodismo en México es una de las tareas más peligrosas del mundo, como ha quedado más que demostrado en los últimos 15 años. Fácil, ir a aplastarse a una silla todas las mañanas para escuchar monólogos sobre lo “bien” que va todo en el país. Aunque los datos verdaderos apunten a otra realidad.
Pero a lo que aspira López Obrador, al igual que aspiraba Javier Duarte, es a que los “pinches medios” –como los llamó alguna vez el secretario de Seguridad Pública del duartismo, Arturo Bermúdez- se alineen, se sometan a las falacias de la posverdad de la llamada “cuarta transformación.
En suma, a que se “porten bien”. O asuman las consecuencias de no hacerlo.
Fotografía: Apro |
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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