FALSOS "APÓSTOLES"
Fotografía: Fernando Carranza/ CUARTOSCURO |
Un rasgo distintivo de la personalidad del
presidente Andrés Manuel López Obrador y que le valió un apelativo que odia, es
su inocultable y muy enraizado mesianismo.
De acuerdo con la definición de la Real
Academia de la Lengua Española, el término mesianismo significa “confianza
inmotivada o desmedida en un agente bienhechor que se espera”.
Otra definición, ésta del Colegio de México, establece
dos vertientes en el concepto. Por un lado, lo define como una “tendencia
religiosa o ideológica por la cual se cree que cierta situación histórica habrá
de encontrar su solución definitiva mediante el advenimiento de una persona
dotada de la capacidad y el poder para lograrlo”. La segunda acepción refiere
al mesianismo como la “actitud
que adopta una persona ante sus seguidores, sus correligionarios o la sociedad,
por la cual se presenta como la única capaz de solucionar sus dificultades”.
Como
resulta evidente, las características descritas en las definiciones citadas
encajan en la figura de Andrés Manuel López Obrador como si de una descripción
personal se tratasen. Él y sus seguidores creen firmemente, con una fe rayana
en lo religioso, que el hoy presidente de México es el único ser humano
capacitado para solucionar los problemas del país. Lo que lleva invariablemente
a otra característica que los define: su absoluta intolerancia a cualquier
crítica, al mínimo disenso. A la creencia inobjetable en su infalibilidad.
Cuando
una persona juzga poseer estos atributos, es natural que también sostenga que
su manera de concebir la moral, tanto pública como privada, es la que debe
prevalecer. Y cuando tiene poder para imponerla, lo hace sin pensarlo
demasiado.
Fotografía: archivo |
Es
ése el caso de López Obrador y su movimiento, que no ven problema alguno en que
una confesión religiosa a la cual el titular del Ejecutivo federal está
adscrito o por lo menos simpatiza, se entrometa en asuntos que le son vedados
por ley en México, como convertirse en canal de distribución oficial de la
“cartilla moral” que editó el gobierno federal.
Esta
semana, una organización denominada Confraternidad
Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) comenzará a repartir
los primeros diez mil ejemplares de la “cartilla moral”, con el objetivo de promover
“una transformación espiritual” de la sociedad mexicana.
El dirigente de este organismo –que no
representa a las iglesias evangélicas históricas en México- Arturo Farela,
confirmó que fue el propio presidente de México –de quien es muy cercano- el
que le pidió a Confraternice que lo “apoyara” en la divulgación de un documento
cuyos preceptos pertenecen a la manera de ver el mundo de la década de los 40
del siglo pasado.
Hay varios problemas implícitos. En primer
término, el que el gobierno de un Estado que se configura legalmente como laico
acuda a denominaciones religiosas para hacer tareas de difusión de un
instrumento que no es otra cosa que propaganda gubernamental. La “cartilla moral”
que se repartirá en los templos en los que Confraternice tiene presencia lleva
los logos, colores y leyendas oficiales del gobierno. Hasta un mensaje-sermón
del propio López Obrador.
Ello representa una flagrante violación del
artículo 130 constitucional, que establece específicamente “el principio
histórico de la separación del Estado y las iglesias” y puntualiza que “los
ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a
favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.
Y
por otra parte, ningún gobierno tiene derecho a intentar
imponerle cánones morales a sus gobernados, más allá de los que están ya
implícitos en las mismas leyes, pues se trata de decisiones personales, libres,
que no pueden depender ni de la propaganda ni del designio de una autoridad que
con ello anule la pluralidad de pensamiento, ideas y creencias. Por más
mesiánicos e iluminados que se sientan.
No es casual que esos falsos “apóstoles” hayan
tomado preponderancia en tiempos de la “4T”, nada lejana a ser en sí misma una
secta.
Fotografía: Gobierno de la República Mexicana |
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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