VERACRUZ, SOSTENIDO CON ALFILERES
Fotografía: Alberto Delgado |
Como
se preveía, este miércoles la capital de Veracruz volvió a ser tomada por
múltiples manifestaciones de trabajadores estatales y organizaciones que
demandan el pago de deudas, salarios retrasados, bonos, prestaciones y demás.
Desde
trabajadores de la Dirección de Readaptación Social hasta custodios de penales y
acreedores diversos protestaron no solamente en Xalapa, sino en varias ciudades
del estado, paralizándolas por ratos.
Sin
duda la protesta de mayor gravedad fue la de los trabajadores del sector salud,
que dejaron las clínicas y nosocomios públicos operando a medio gas, únicamente
en sus áreas de urgencias y atención a enfermos de gravedad, con el enorme
riesgo de que la consecuencia fuera la pérdida de vidas humanas, ya que
tuvieron que ser cancelados 345 mil procedimientos médicos en todos los centros
del sector salud de la entidad.
A
cuentagotas, este mismo miércoles el gobierno estatal depositó el salario de
los empleados de los sectores más delicados, como el referido de salud, pero
sigue sin lograr cubrir la nómina estatal al 100 por ciento.
Para
este jueves, la amenaza es que el estado se quede sin cuerpos de seguridad,
pues los elementos policiacos anunciaron que también irán al paro para
presionar el pago de sus sueldos.
El
escenario es el de un completo desastre. En los hechos, esta situación de
insolvencia financiera tiene a la entidad veracruzana al borde de un colapso que
provoca reacciones que rayan en la anarquía y que ya adquiere visos de
emergencia humanitaria, pues la falta de liquidez no afecta solamente el pago
de salarios. Los hospitales sufren un criminal desabasto de medicamentos,
producto de la corrupción que desfondó por completo al sector salud estatal y que
será materia de un posterior análisis específico sobre el tema.
El
caso es que no se ve por dónde pueda haber una salida. El gobierno interino
está completamente rebasado por la brutal realidad del estado, que cada día que
pasa empeora más. Flavino Ríos Alvarado hace esfuerzos denodados por mantener
el barco a flote o al menos impedir que sea a él a quien se le termine de
hundir, pero el problema ha seguido creciendo.
En
el Congreso del Estado, donde ya entró en funciones la LXIV Legislatura, la del
“cambio y la alternancia”, no parecen haber tomado nota de la crisis que se
vive. En ninguna bancada se han pronunciado por idear algún plan mínimo de
rescate de la entidad que no sea mera demagogia discursiva. Los diputados
locales viven en su propio mundo y empujan sus particulares agendas políticas,
como si no estuvieran obligados a formar parte de las respuestas y soluciones
que demanda la población a la que dicen representar.
A
su vez, el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares todos los días hace
numerosos llamados al Gobierno Federal para que le entre “al quite” y salve a
la entidad del inminente desastre financiero, pero pareciera que clama en el
desierto mientras subraya que le van a entregar “un gobierno absolutamente
quebrado”, lo cual, hay que puntualizarlo, ya lo sabía.
Veracruz
está sostenido con alfileres.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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