¿GOBERNABILIDAD A PUNTA DE GARROTE?
Fotografía: Oscar Martínez/ AVC Noticias |
En
las últimas semanas, el estado de Veracruz y en particular Xalapa, su ciudad
capital, viven una situación cercana al colapso por la insolvencia financiera
del gobierno estatal, que lo ha llevado a incumplir con sus compromisos básicos
de pago a sus empleados y proveedores que, a su vez, presionan con protestas
callejeras.
Hemos
dado cuenta con anterioridad en este mismo espacio que Xalapa se mantiene en
estado prácticamente de sitio durante los días hábiles a causa de las
manifestaciones y bloqueos que de lunes a viernes estrangulan la vialidad y,
por ende, la movilidad y la actividad de la ciudad entera.
Esto
ya le representa a Xalapa grandes pérdidas económicas, con cierres de negocios
incluidos, así como afectaciones a la salud, la educación y el trabajo de sus
habitantes.
En
contraparte, los quejosos señalan –sin que les falte razón- que si no protestaran
de esta manera, no habría manera de que el gobierno estatal moviera un dedo
para atenderlos. Y la reacción de la misma autoridad lo confirma: sólo de esta
manera ha sido posible que pague salarios retrasados a la burocracia y
pensiones a los jubilados, que transfiera parte de sus participaciones
federales a los ayuntamientos y que abone a las deudas que mantiene con sus
diversos acreedores.
Sin
embargo, la precariedad económica aunada a la franca debilidad política de la
administración interina que encabeza Flavino Ríos Alvarado, hacen insuficiente
cualquier esfuerzo por mantener una mínima estabilidad en todo el territorio
estatal. Siempre hay alguien a quien no se le ha pagado, a quien no se le
cumplió algo, y lo demanda de la misma manera. Presionando en las calles.
Los
últimos días las protestas han subido de tono. Los bloqueos han paralizado por
días a la capital veracruzana, dejando sin servicios públicos de salud a la
población de escasos recursos y amagando con que las principales ciudades queden
sin vigilancia de elementos de seguridad.
En
un hecho inédito, un grupo de empresarios xalapeños que reclaman el pago de
adeudos por más de 200 millones de pesos que el gobierno mantiene con ellos,
bloquearon los accesos a la Secretaría de Finanzas y Planeación y prendieron
fuego a un automóvil viejo en la vía pública, con los riesgos que para la
población tiene un acto de esta naturaleza, y cuyo objetivo fue el de llamar la
atención de los medios nacionales, lo cual consiguieron.
También
llamaron la atención de algunos de sus pares empresariales, que condenaron lo
que llamaron “actos vandálicos”, así como la del gobernador interino Flavino
Ríos, quien los acusó de estrangular la situación financiera del estado al
impedir el trabajo en la Secretaría de Finanzas.
Pero
la reacción más llamativa, y quizás la más preocupante de todas, fue la del
gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, quien en menos de una semana
asumirá la gubernatura del estado de Veracruz.
Yunes
Linares emitió un comunicado en el que acusó al gobierno interino de ser omiso “frente
a la situación de ingobernabilidad que se vive en algunas zonas de la entidad,
lo cual daña la imagen del estado a nivel nacional e internacional”. Y agregó:
“el hecho de que la ciudad de Xalapa esté todos los días dislocada y que otras
ciudades estén bloqueadas, sin que el gobierno interino haga absolutamente
nada, da una imagen de un estado convulso. El Gobierno del Estado no debe
seguir solapando la anarquía ni el desorden; se está causando un grave daño a
Veracruz. El derecho de las personas termina donde empieza el derecho de los
demás”.
¿Está
anunciando Yunes Linares que no tolerará las manifestaciones de protesta que
seguramente no cesarán en la entidad a partir del 1 de diciembre, cuando asuma
el poder? ¿Su propósito es mantener la gobernabilidad a punta de garrote, como
se dice hacía cuando fue secretario de Gobierno de 1992 a 1997?
La
semana entrante, con seguridad, lo sabremos.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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