Y AHORA, REPRESIÓN Y MORDAZA LABORAL
Una
de las prácticas más socorridas por el Gobierno de Veracruz para coaccionar a
los periodistas y obligarlos a guardar silencio en sus críticas, es la amenaza
de hacerlos perder su fuente de ingresos, sus empleos.
Durante
todo el sexenio de Javier Duarte de Ochoa se han escuchado historias acerca de
cómo una llamada desde la oficina de la Coordinación de Comunicación Social estatal
para quejarse por una pregunta incómoda o por un comentario en Facebook o
Twitter, bastaba para que los dueños o los directivos de los medios presionaran
a sus reporteros para que dejaran de “hablar mal” de los gobernantes en sus
redes sociales, y ya no digamos participar en movilizaciones de protesta, so
pena de ser castigados o, de plano, despedidos.
Esta
suerte de terrorismo laboral siempre ha sido negada por el gobierno duartista,
pero más de un periodista fue víctima de las presiones y acechanzas de los
funcionarios estatales que creyeron, o creen, que de esa manera por demás vil,
podrían silenciarlos.
El
más reciente caso es el de la reconocida periodista del sur de Veracruz, Sayda
Chiñas Córdova, una de las más aguerridas reporteras de todo el estado, quien de
la noche a la mañana fue despedida del periódico Notisur de Coatzacoalcos, bajo
el “argumento” de que ya no da “resultados informativos”.
Notisur
es el mismo periódico en donde trabajaba Gregorio Jiménez de la Cruz, el
fotorreportero asesinado hace casi un año, a quien esa empresa le pagaba 20
pesos por nota publicada y que tras su trágica muerte, se desentendió de apoyar
a su familia, que quedó en el desamparo.
Sayda
Chiñas era su jefa de Información y de no haber sido por el gran activismo que
realizó en redes sociales y entre los compañeros del gremio dentro y fuera de
Veracruz exigiendo su búsqueda, quizás Goyo nunca hubiera sido encontrado para
darle una sepultura digna. A partir de ese momento, se convirtió en un
referente de resistencia a los abusos del gobierno y de las mismas empresas
mediáticas en contra de los comunicadores.
Desde
entonces, el duartismo la puso en su mira. Con la desaparición de Moisés
Sánchez Cerezo a principios de este año, Sayda nuevamente se unió a las
protestas y exigencias para que el gobierno estatal diera con su paradero y no
le negase su condición de periodista, como ha pretendido hacer desde un
principio.
Al
parecer esto fue suficiente para que el timorato dueño de ese diario, Marco
Anaya Huerta -que en este proyecto más político que periodístico está asociado
con el ex alcalde de Coatzacoalcos y actual delegado federal de la Sedesol en
el estado, Marcelo Montiel Montiel-, decidiera prescindir de los servicios de Sayda
Chiñas.
Como
lo señalamos en una entrega anterior, el régimen está empeñado en acallar a la
crítica a como dé lugar en este año electoral. La represión laboral a los
comunicadores no alineados es uno de esos caminos. Mi solidaridad con Sayda,
periodista ejemplar, cuya calidad profesional está fuera de toda duda. Seguro
en otra parte dará todos los “resultados informativos” que ahí le pretendieron
escamotear.
PGR va a la búsqueda
de Moisés
La
Procuraduría General de la República coadyuvará en las investigaciones del
secuestro y desaparición del periodista Moisés Sánchez Cerezo, para lo cual fue
abierta ya la investigación ministerial 1/FEADLE/2015.
Será
la Fiscalía Especializada en Atención de Delitos cometidos en contra de la
Libertad de Expresión la encargada de sumarse a las pesquisas para encontrar a
Sánchez Cerezo.
Como
lo lee. Para la PGR, el secuestro de Moisés es un delito contra la libertad de
expresión. Aunque para el procurador estatal, Luis Ángel Bravo Contreras, para
variar, el ejercicio periodístico de Sánchez Cerezo no sea el móvil de su
desaparición.
Y
lo peor es que este hombre está por quedarse nueve años más al frente de la
Fiscalía estatal. Pobre Veracruz.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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