EN VERACRUZ NADIE ESTÁ A SALVO
Fotografía: Twitter |
Mientras
su clase política está más preocupada por repartirse lo que queda de las
tajadas de poder y de sus recursos, Veracruz sigue a la deriva, en una debacle
dolorosa y cada día más acentuada de la convivencia social y la paz.
Así,
en tanto la Fiscalía General del Estado se ahoga en devaneos para intentar
convencer a la opinión pública de que ya “resolvió” el crimen cometido contra
el periodista y activista Moisés Sánchez Cerezo, otra periodista fue blanco de
amenazas de los criminales.
Se
trata de la fotorreportera Patricia Ivette Morales, quien trabaja para el
diario Imagen de Veracruz. El lunes pasado recibió amenazas vía telefónica de
un supuesto cártel del narcotráfico que opera en la zona conurbada
Veracruz-Boca del Río.
Un
sujeto que se identificó como el “jefe de plaza” de ese presunto grupo
delincuencial, le dio santo y seña de su familia y de sus actividades a
Patricia Morales, quien acto seguido dio aviso a las autoridades locales, tanto
civiles como castrenses.
Llama
la atención que Patricia no cubre la fuente policiaca ni realiza coberturas
sobre seguridad pública o crimen organizado. ¿Por qué habría de amenazarla un
capo del narco local?
No
hay que pensar mucho en la respuesta: porque cualquiera lo puede hacer, ante la
situación de indefensión a la que el Gobierno del Estado ha llevado a los
periodistas en Veracruz. Total, con tal de cerrar las investigaciones y eludir
su responsabilidad, las autoridades inventan historias para negar que haya
vinculación entre las amenazas y crímenes contra periodistas con su actividad profesional,
y se saca de la manga chivos expiatorios para decir “que ya se resolvió” el
caso que sea.
Hay
que decirlo. No solamente los periodistas estamos expuestos. La barbarie
alcanza a toda la sociedad, a todos los estratos y a todas las actividades que
sus miembros desempeñan. Nadie está a salvo.
Para
muestra, la refriega de la mañana de este martes en el municipio sureño de
Lerdo de Tejada, en la comunidad de Tapalapan, donde un comando
armado atacó con granadas y armas de alto poder a una patrulla de la policía
municipal, resultando muerto por las quemaduras y los impactos de bala el
comandante de la corporación, Armando Sánchez Garibay.
De
ese nivel es la “paz” que pregona el duartismo. De norte a sur del estado, hay
secuestros, balaceras, enfrentamientos, que no porque no se publiquen en la
prensa no suceden. No porque el gobierno pretenda cerrar los ojos ante el
desastre de la seguridad, la economía y el desarrollo en que ha sumido por
corrupción e ineptitud a la entidad, las desgracias van a desaparecer.
Pareciera
que Veracruz está en un callejón sin salida, sometido por un grupo gobernante
rapaz que intenta arrodillar a la prensa crítica pero es omiso o cómplice de
los grupos criminales, que en medio del desorden han vuelto a surgir y a tomar fuerza.
Lo
peor de todo es que los mismos que han hundido al estado, pretenden quedarse
otros dos años en el poder. Su ambición no tiene medida. Ni límites su
desvergüenza.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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