LA FALSA UNIDAD PRIISTA
Fotografìa: Twitter |
El Partido Revolucionario Institucional llega al proceso
electoral federal de este año en medio de una profunda división provocada por
el autoritarismo del grupo enquistado en el poder en Veracruz.
El duartismo gobernante ha pasado por encima de todos los
grupos priistas para hacer su voluntad, rompiendo con la ortodoxia de este
partido en la que, para que prevalezca la unidad y la disciplina, se tienen que
repartir los espacios y parcelas de poder.
Pero el engolosinamiento de los duartistas-fidelistas los
hizo perder el piso y con tremenda soberbia, han lastimado a todos los demás
grupos en el estado, marginándolos de candidaturas y espacios dentro de la
estructura gubernamental, y afectando premeditadamente los intereses de quienes
aspiran legítimamente a un recambio en las estructuras de poder público.
Esto necesariamente tendrá consecuencias para el PRI y
sus candidatos en los comicios del próximo 7 de julio, en los que se renovará
la Cámara de Diputados federal y se someterá a una especie de referéndum el
retorno del PRI a la Presidencia de la República.
Porque aun cuando la caballada pinta muy flaca en los
partidos de oposición, el malestar existente dentro del propio PRI contra el
duartismo-fidelismo hará que varios de los virtuales candidatos a las
diputaciones federales estén en un serio peligro de perder en sus distritos.
Por ejemplo, aunque Elizabeth Morales es en teoría una de
las cartas más fuertes que lanzará el PRI a hacer campaña, su paso por la
alcaldía de Xalapa la desgastó sobremanera, tanto así que en un principio se
resistió a ser postulada. Además, cuenta con la antipatía de los tres ex
presidentes municipales anteriores de la capital del estado, quienes o no la
apoyarán, como es el caso de Ricardo Ahued y David Velasco, o de plano le
jugarán las contras para pagarle con la misma moneda de otros procesos
electorales anteriores, afrenta que le tiene guardada Reynaldo Escobar.
En Córdoba andan por las mismas. El seguro abanderado
priista será Marco Antonio Aguilar Yunes, ex secretario del Trabajo del
duartismo, quien es una buena persona, pero está lejos de ser un buen candidato,
y no contará con el apoyo del priismo cordobés que lo ve como una imposición,
ya que ni siquiera dejaron llegar a la convención de delegados a Juan Lavín,
quien fue grotescamente eliminado por la dirigencia priista por supuestamente
no cumplir con los requisitos de la convocatoria para ser precandidato.
En varios distritos andan por las mismas. Los candidatos
cargan con el resentimiento de varios líderes locales que no estarán dispuestos
a trabajar por sus respectivas causas en campaña. O al menos, no de gratis.
Y por supuesto, la base de flotación del priismo quedó
pulverizada tras el rompimiento de los senadores José Yunes Zorrilla y Héctor
Yunes Landa con el gobernador Javier Duarte de Ochoa tras la aprobación de la
gubernatura de dos años, jugarreta política con la que se intenta decantar la
sucesión en favor de uno de los miembros de la casta gobernante en la entidad,
Alberto Silva –quien le dedicó su registro por la candidatura en Tuxpan a su
patrón, para que a nadie le queden dudas de que es “el elegido”-, y que
fracturó los equilibrios con los que se suele mantener la unidad dentro del
Revolucionario Institucional.
No por nada el senador José Yunes Zorrilla declaró este
pasado fin de semana que “el PRI no es de un solo hombre”, en clara alusión a
las imposiciones y decisiones autoritarias con las que el duartismo-fidelismo
pretende mantenerse en el poder, a costa de lo que sea.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario