LA PAZ DE LOS SEPULCROS
Quizás
uno de los fenómenos más atroces de la regresión que experimenta México tras el
cambio sexenal sea el de los medios que, a pesar de estar perfectamente al
tanto de lo que sucede, callan para no incomodar al poder, como en los mejores
momentos del régimen autoritario que pensábamos superado y enterrado en el
siglo XX.
Esto
es notorio principalmente en la cobertura de la violencia. Porque no hay tal.
De un plumazo, desaparecieron de las agencias informativas, de los noticieros
de radio y televisión y de las portadas de los periódicos los hechos de sangre
vinculados con la delincuencia organizada, como si por arte de magia, con la
sola llegada de la nueva administración federal, se hubiera terminado con este
problema.
La
realidad nos dice otra cosa. Los enfrentamientos de los grupos delincuenciales
con la policía y con sus adversarios en el mundo de la mafia del narcotráfico
se multiplican por todo el país. Y sólo en los casos en los que por su gravedad
es imposible no dar cuenta de ello, los medios se han atrevido a documentar los
hechos. El ejemplo más importante es el de Michoacán, un estado claramente
fallido desde hace mucho tiempo, donde es imposible ocultar que los traficantes
son amos y señores en vastas zonas de la entidad y tienen en jaque a las
autoridades.
Pero
fuera de eso, en los medios ya no se habla, o al menos no con la relevancia que
mereciera, de lo que sucede por ejemplo en Tamaulipas, donde este domingo se
registraron intensas balaceras en el municipio fronterizo de Matamoros, en el
que, de acuerdo con lo que se le hizo saber a la población civil para que se
encerrara en sus casas, se iban a “decidir poderes”, o lo que es lo mismo, se
definiría qué grupo criminal manda en esa “plaza”. Si se supo de lo que allí
acontecía fue gracias a las redes sociales, que sirvieron a la población para
alertarse del peligro y tomar precauciones.
Veracruz
lejos está de haber resuelto sus problemas de inseguridad. Quienes viven en el
puerto jarocho hablan de que todos los días hay enfrentamientos y ejecuciones,
sólo que la prensa los minimiza o de plano los ignora, a veces más por el temor
de sufrir represalias, ante unas autoridades omisas, cuyas policías están
ocupadas en amedrentar y extorsionar a los jóvenes que se divierten en los
bares en vez de brindar seguridad a la población.
Y
en la misma situación se encuentran Xalapa, Coatzacoalcos, Córdoba, Orizaba, y
ya no digamos la zona norte de la entidad veracruzana, que desde hace varios
años es territorio sin ley.
Y
en los medios, la nota principal es que en las redes sociales se destroza la
ortografía, o que el “poderoso” funcionario hizo una “importante” declaración
en la que “asegura” que vivimos en un estado de “bienestar, prosperidad y paz”.
Sólo
que se refieran a la paz de los sepulcros.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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