LA MANO DE FIDEL
Hasta hace
dos semanas, varias de las candidaturas del PRI a las alcaldías y diputaciones
que ya estaban palomeadas, estaban en ruta directa al abismo, a la derrota.
El PRI
estaba en serio riesgo de perder municipios y distritos fundamentales y
emblemáticos, como Xalapa, Córdoba, Veracruz y Boca del Río, de mantenerse la
decisión de postular a quienes ya se sentían no sólo candidatos, sino hasta
alcaldes y diputados.
Pero las
mediciones que se hicieron sobre la verdadera intención del voto de estos
personajes prendieron los focos rojos en palacio de gobierno y en la sede
estatal tricolor. Los susodichos, cuyo único mérito para buscar ser candidatos
eran compadrazgos de alto nivel o compromisos políticos y personales varios,
nomás no levantaron, ni levantarían.
Además, la
concreción de la alianza PAN-PRD para contender en el proceso electoral fue la
gota que derramó el vaso. O tomaban los priistas decisiones drásticas, o se
preparaban para entregar el poder a medio sexenio.
Y fue
entonces que se trajo de nuevo a Veracruz al ex gobernador Fidel Herrera
Beltrán. No por gusto, sino porque probada es su capacidad para la operación
político-electoral. Como lo señalamos antes en este mismo espacio, era el único
capaz de sacar a flote un barco que se estaba hundiendo aún antes de zarpar.
La mano de
Fidel ya se hizo sentir. Tumbó de las candidaturas a quienes no ganarían ni en
sus colonias, y perfiló a personajes cuyo capital político, social y personal
los pone en condiciones competitivas. Es el caso de Ramón Poo para la alcaldía
de Veracruz, de Ricardo Ahued y David Velasco para las diputaciones por Xalapa,
de Salvador Abella para Córdoba o de Juan Manuel Diez para Orizaba.
Por si
fuera poco, y aunque suene inverosímil, el propio Herrera se está perfilando
para encabezar la lista de candidatos a diputados locales plurinominales, y a
su lado se maneja el nombre del líder magisterial Juan Nicolás Callejas y hasta
los del ex secretario de Gobierno Reynaldo Escobar y de su sucesor en ese
cargo, Gerardo Buganza.
Entregarle
a Fidel Herrera todo este poder tiene un motivo: que haga frente a la andanada
que Miguel Ángel Yunes Linares lanzará con la coalición PAN-PRD, y que le
impida tomar el control de la próxima Legislatura del Estado.
El precio
para el duartismo es muy alto. Desde el Congreso del Estado, Fidel Herrera
volvería a mover los hilos del poder en Veracruz a su muy personal estilo, que
no admite contrapesos ni contradicciones.
Pero era
eso, o la derrota ignominiosa.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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