MAL DE SALUD
Si hay un área del gobierno de Veracruz que
ha sido saqueada indiscriminadamente es la de los Servicios de Salud, que
durante varios sexenios funcionó como “caja chica” y fuente de enriquecimiento
de quienes estuvieron a cargo de administrar sus millonarios recursos, en su
mayoría de procedencia federal.
Ese saqueo invariablemente ha tenido
repercusiones en la prestación de los servicios médicos en las diferentes
unidades y hospitales del estado, en todos los puntos de la entidad veracruzana,
poniendo en serio riesgo a la población que no tiene acceso a la seguridad
social –donde tampoco es mejor la situación- y depende de la atención que le
pueda brindar el gobierno estatal, que las más de las veces es limitada o de
plano insuficiente e ineficaz.
En su edición del mes de abril, la revista
Proceso publicó un reportaje de la periodista Flavia Morales en el que retoma
muchas de las denuncias sobre corrupción en la Secretaría de Salud que se
presentaron en los últimos años, específicamente durante el sexenio de
Cuitláhuac García Jiménez, quien en lugar de estar rindiendo cuentas de su
pésima administración en Veracruz, sigue incrustado en la nómina junto con su
cofradía.
Contratos por adjudicación directa a empresas
de reciente creación, a beneficiarios de programas sociales-clientelares o de
plano a compañías y proveedores “fantasma”, con giros comerciales declarados
que nada tenían que ver con la salud, fueron la constante que unos pocos
diputados como Marlon Ramírez -y algunos otros que ya no se quieren acordar de
eso, porque ya agarraron “hueso” en la “4t”- denunciaron durante el anterior
sexenio, sin que pasara nada realmente, más que la exhibición de corruptelas que
no tuvieron –y siguen sin tener- consecuencias legales y que hasta ahora,
ascienden, solo en Salud, a alrededor de dos mil millones de pesos. Más lo que
se acumule.
El responsable directo –porque el de última
instancia es el propio exgobernador Cuitláhuac García- del “cochinero” en la
dependencia es el exdirector administrativo Jorge Eduardo Sisniega Fernández,
quien de ser un oscuro burócrata se “tetratransformó” –para estar en sintonía
con los tiempos- en empresario inmobiliario y hasta aspiró a ser candidato de
Morena a diputado local por Poza Rica el año pasado. Y aun cuando sus
ambiciones políticas no prosperaron, anda tan campante y nadie lo toca ni con el
pétalo de una investigación. De hecho, sucede lo contrario.
Si bien a la llegada del nuevo titular de
Salud, Valentín Herrera Alarcón, se habló de que querían poner orden y limpiar
el muladar dejado por “bisniega” –como les dio por llamar internamente a Sisniega,
por aquello de los “bisnes” que hizo con la salud de los veracruzanos-, todo
indica que hubo una indicación de dar marcha atrás y ahora se intenta cubrir
las irregularidades del exfuncionario, quien de acuerdo con versiones dentro de
Sesver, sigue “moviendo los hilos” en la dependencia.
Mientras tanto, los servicios de salud del
estado languidecen entre el desabasto –que en buena medida es consecuencia de
la estúpida idea de concentrar la adquisición de medicamentos en el “Frankenstein”
llamado IMSS Bienestar, otra herencia nefasta del obradorato- y las
incompetencia e incapacidad de los nuevos administradores del sector para
encontrar soluciones, más allá de “camionetitas” para supuestamente surtir los
medicamentos por todo el territorio veracruzano como si fuesen “papitas”, de ésas
que ya no se venden en las escuelas primarias.
Tan “brillante” como la “estrategia” de la
“farmaciotota”.
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras
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