ESPECULAR CON LA SALUD
Gráfico: Secretaría de Salud |
Mientras desde el gobierno de México se
lanzan consignas irresponsables para minimizar –y muy probablemente ocultar-
los casos por infección de “coronavirus”, en el resto del mundo se toman
medidas drásticas para buscar contener su propagación.
En Asia, Europa, Oriente Medio, Norte y
Sudamérica se ha decretado desde la suspensión de concentraciones masivas
–incluidas las de lucrativos espectáculos deportivos y musicales- hasta el
cierre de restaurantes, cines y escuelas, mientras las aerolíneas cancelan
vuelos e incluso se posponen reuniones de alto nivel de organismos
internacionales ante el temor de la dispersión del virus Covid-19, que si bien no
es necesariamente letal, sí ha cobrado cientos de vidas humanas desde su brote
en China a finales del año pasado.
Hasta el reporte más actualizado al momento
de escribirse este texto, se registran cuatro mil 131 decesos a nivel mundial
por causa del Covid-19, siendo China, Italia e Irán los países con mayor número
de infecciones y fallecimientos. Sin reportar muertes todavía, el número de
casos en Estados Unidos se duplicó en dos días y se acerca a los mil, por lo
que ya existe una fuerte alerta en ese país, que junto con los dos primeros mencionados
cuentan con sistemas de salud funcionales y eficientes.
Por ello es que llama enormemente la atención
y por supuesto que preocupa el hecho de que el gobierno mexicano se dedique a desestimar
la gravedad del tema, máxime cuando ya hay siete casos confirmados –o mejor
cabría decir, reconocidos- de infección por coronavirus. En cambio, simplemente
afirma que “está preparado” para hacerle frente a esta pandemia sin tomar, en
los hechos, ninguna medida preventiva ni de alerta a la población.
Por el contrario, desde las dependencias
gubernamentales se difunden libelos y “memes” en los que se “acusa” a los
medios de comunicación de caer en el “amarillismo” y de intentar “sembrar”
pánico entre la población al informar sobre la expansión de la epidemia. Como
si fuera culpa del propio gobierno la trasmisión del Covid-19 y quisiera, como
es su costumbre, esquivarla.
Pero con lo que sin duda sí tendría que
cargar el régimen de la autodenominada “cuarta transformación” es con las
consecuencias de una enfermedad que podría alcanzar una alta letalidad por no
tomar decisiones correctas y a tiempo para controlar el número de contagios.
Porque no hay que perder de vista que, de acuerdo
con la información oficial, junto con los siete casos confirmados de Covid-19 en
México hay otros 37 en calidad de “sospechosos”. Si estas cifras las
contextualizamos dentro de una administración gubernamental que se distingue
por su propensión a la opacidad y al ocultamiento de datos, la realidad podría
ser muchísimo más grave de como nos la están pintando.
No es un asunto menor. En los demás países
donde el virus tiene presencia, además de las consecuencias sanitarias, se
padecen ya graves efectos para la economía ante la cancelación de todo tipo de
actividades. Para México, que depende en gran medida del sector servicios para
su sostenimiento, algo así sería demoledor. Y ni qué decir en términos de
salud.
El criminal desmantelamiento del sistema de
salud en México llevado a la práctica por los diferentes gobiernos de la “4T” podría
tener efectos inenarrables si la pandemia llegase a extenderse a niveles
generalizados. Sin medicinas suficientes, sin recursos ni personal para una
atención adecuada y, sobre todo, sin voluntad para atender lo urgente por
consideraciones y cálculos políticos, el panorama podría tornarse dantesco. No
sería la primera vez.
Si cree que exageramos, basta echar una
mirada a las 191 muertes por el brote de dengue –enfermedad que estaba
controlada- registradas en México en 2019 y que este año ya cobró una vida y presenta
mil 657 casos confirmados en todo el país. Con Veracruz a la cabeza con 443,
para no variar.
Especular con la salud de las personas es un
acto criminal. Y mortal.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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