UN BIENIO IDO AL BASURERO
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Fotografía: Gobierno del Estado de Veracruz |
La principal -y quizá única- bandera que
Miguel Ángel Yunes Linares ha ondeado hasta el hartazgo durante su corta
administración al frente del Gobierno de Veracruz, ha sido la de la persecución
judicial de ex funcionarios de la administración de Javier Duarte de Ochoa.
Incluso, para la publicidad de su primer
informe de gobierno, y ante la ausencia de cualquier otro logro, Yunes Linares
mandó colocar espectaculares en los que se adjudicaba la aprehensión de Duarte,
aún a sabiendas de que su antecesor fue detenido por la Procuraduría General de
la República por los delitos federales que entonces se le imputaron. Pero para
términos de propaganda, se colgó por igual la “medalla”.
Lo que sí hizo su administración fue
perseguir, detener y encarcelar a algunos ex funcionarios del pasado gobierno, cumpliendo
a medias con su promesa de campaña de llevar ante los tribunales a quienes
saquearon sin piedad las arcas veracruzanas.
Y decimos a medias porque a pesar de que
contaba con elementos para proceder penalmente contra varios más de los
integrantes de la pandilla duartista, el gobierno yunista cayó en una omisión
cómplice con la mayoría de ellos, pues prefirió negociar su impunidad a cambio
de información, dinero, propiedades y favores políticos, en aras de beneficiar
la fallida pretensión de imponer a su hijo como su sucesor.
Sin embargo, los casos en los que sí se
determinó a ejercer acción penal penden de un hilo, debido a la pésima
actuación de la Fiscalía General del Estado y del Poder Judicial estatal, cuyo
deficiente trabajo está cayendo por su propio peso. Junto con las carpetas de
investigación.
Violaciones sistemáticas al debido proceso y
a la presunción de inocencia, expedientes mal integrados, delitos apenas
sostenidos con pruebas fehacientes, decisiones dolosas de parte de los jueces, tienen
a la gran mayoría de los ex funcionarios duartistas encarcelados con un pie en
la calle. No porque sean inocentes, sino porque sus casos se caen solos.
Para muestra, la reciente determinación de un
juez de retirarle al ex secretario de Seguridad Pública estatal, Arturo
Bermúdez Zurita, la medida cautelar de prisión preventiva por el delito de
enriquecimiento ilícito. Precisamente porque según el criterio del enjuiciador,
se violaron los derechos humanos y la presunción de inocencia del imputado, que
a pesar de ello no podrá salir de prisión debido a que enfrenta varios cargos
más. Al menos, no todavía.
Pero si se revisa cómo se han llevado a cabo
las detenciones y vinculaciones a proceso de prácticamente todos los duartistas
encarcelados, nos encontramos con que adolecen de los mismos vicios, por lo que
sería solamente cuestión de tiempo para que obtengan su libertad y, como si
nada hubiera pasado, varios de ellos se vayan a disfrutar de las inmensas
fortunas amasadas a su paso por el gobierno veracruzano.
La gran tara de origen es que la intención
del yunismo nunca fue hacer verdadera justicia –de haber sido así, no habría
“transado” con algunos de los sátrapas- sino sacar ventaja política, dando como
resultado procesos judiciales débiles, sostenidos por alfileres y que, más
temprano que tarde, van a derrumbarse, para mayor agravio de todos los
veracruzanos, víctimas de una burla más.
Y para escarnio de Yunes, de su fiscal y su
presidente del Tribunal Superior de Justicia. Soez epitafio de un bienio ido al
basurero.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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