GANAR A COSTA DE LO QUE SEA
Fotografía: Cuartoscuro |
El pragmatismo salvaje mostrado por el
“precandidato” (valga el eufemismo legaloide) presidencial Andrés Manuel López
Obrador en el presente proceso electoral ha revelado también, en muchos
sentidos, la bajísima calidad de la política mexicana y la desvergüenza de gran
parte de sus actores, viejos y recientemente habilitados como tales.
Seducidos por la real posibilidad de victoria
de López Obrador en las elecciones presidenciales, varios de quienes fueron no
solamente sus detractores, sino enemigos jurados que no vacilaban en colocarle
los peores epítetos, ahora lo ven prácticamente, con “ojos de amor”.
Ya hemos hablado del caso de la presentadora
de noticias Lilly Téllez, cuya trayectoria en los medios se significó por años
por estar de parte del oficialismo hasta la ignominia…hasta que el
lopezobradorismo le abrió la puerta para ser candidata a senadora por el estado
de Sonora. Y entonces, “cambió de opinión”.
O qué decir de la senadora Gabriela Cuevas,
que durante sus años de militancia en el PAN fue acérrima crítica no solamente
de López Obrador, sino de todo lo que tuviera que ver con la izquierda. Hasta
le pagó la fianza a Andrés Manuel para evitar que fuera a la cárcel en los tiempos
del desafuero y se “victimizara”. Hoy, se refiere a él con reverencia y lo
llama “licenciado”. Claro, mantenerse pegada a la ubre del presupuesto del
Congreso de la Unión bien vale una pequeña “concesión”. Qué tanto es tantito.
Pero las sorpresas no paran. En los últimos
días pudimos atestiguar dos nuevas adhesiones al “movimiento” que hace no mucho
tiempo se hubieran antojado inverosímiles, ridículas, imposibles: las de dos ex
presidentes de Acción Nacional. Y no cualquiera.
Por un lado, el ex dirigente panista del fin
de sexenio de Vicente Fox, el ultraconservador Manuel Espino Barrientos, que
combatió con todo a López Obrador en la campaña de 2006 y entonces ondeaba en
las plazas públicas la bandera del “peligro para México”. Hoy, piensa que el
líder de Morena ha “cambiado”, y que ha dejado de ser el “peligro” que el mismo
juraba que representaba hace doce años.
El otro es Germán Martínez Cázares, el primer
líder del PAN del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Un político panista de
cepa, que en su momento fue mucho muy cercano al ex presidente de México, y que
tras varios años en el ostracismo reapareció en la arena pública esta misma
semana con un artículo publicado en el diario Reforma, en el que no sólo
defiende a Andrés Manuel, sino que sostiene que la “convocatoria moral de López
Obrador es irrebatible” y hasta cuestiona si el miedo a su eventual presidencia
no es “el pánico a perder privilegios para cosechar dinero al amparo del
poder”.
Hasta hace muy poco, todos estos personajes y
muchos otros que poco a poco se han ido sumando a su causa eran tachados por
Andrés Manuel López Obrador como integrantes de la “mafia del poder” a la que
dice combatir desde hace unos 15 años. Pero que como por arte de magia, con el
poder de su “bendición” y su “gracia”, han sido “redimidos” de sus antiguos
“pecados” políticos, por el simple hecho de reconocerlo a él como “el camino,
la luz y la vida”. Por encima de verdaderos militantes de izquierda que en
realidad creyeron que el suyo era un proyecto de transformación del país.
Algunos, por razones misteriosas, aún lo creen.
Sin embargo, ¿cómo puede transformarse todo
jugando con los mismos? ¿Qué clase de proyecto social pueden enarbolar
personajes como el ex secretario de Gobernación zedillista Esteban Moctezuma,
el oligarca Alfonso Romo, o el responsable de la caída del sistema en la
elección de 1988, Manuel Bartlett? ¿Qué derechos se van a defender abriendo la
puerta del Congreso de la Unión a la ultraderecha con Encuentro Social? ¿Qué
clase de cambio habría, más allá de la perorata proselitista del combate a la
corrupción, rodeado de personajes que la encarnan?
Lo reconozcan o no, el único proyecto del
lopezobradorismo tiene que ver con ganar las elecciones y acceder al poder. Y
si para eso hay que pactar con quien sea, Andrés Manuel está dispuesto, pues lo
único que quiere es ganar la Presidencia. A costa de lo que sea.
Así tenga que decir que Cuauhtémoc Blanco es
un “dirigente social”.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
muy bien Yeyo, dicen que Dios lo hace y ellos de juntan...ves a este par???? Cuahu y Amlo....
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