GINA Y SILVA: CORRUPTELAS Y RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS
Fotografía: Cuartoscuro |
Para Regina
A cinco
años, la misma impunidad
Era
cuestión de tiempo para que los integrantes del círculo cercano del duartismo,
acorralados por sus corruptelas, comenzaran a desollarse entre sí, sacando a la
luz todo lo que se saben, ante la inminente caída de la guillotina sobre sus
cabezas.
Tres
años se tardó la ex coordinadora de Comunicación Social y ex vocera de Javier
Duarte de Ochoa, Gina Domínguez Colío, en sacar las garras y contraatacar
abiertamente a su sucesor en el mismo cargo, Alberto Silva Ramos,
responsabilizándolo de la filtración de información en torno de los malos
manejos de los recursos en la oficina que ambos encabezaron y sacando a la luz
algunas de las cosas que siempre supo sobre el comportamiento del grupo
político del que formó parte y que en su momento, avaló.
Torvo
y timorato como es, Silva hizo como que el golpe no fue cosa suya, mientras
crecía la controversia de dimes y diretes entre quienes tuvieron la
responsabilidad de la imagen no sólo de Javier Duarte durante su sexenio, sino
de todo el Gobierno del Estado de Veracruz, con los resultados que todos
conocemos.
Pero
la razón de fondo de ese intercambio de podredumbre es la certeza de que van
por ellos. De acuerdo con lo publicado por el portal Animal Político, la
Fiscalía General del Estado tiene abiertas tres carpetas de investigación
contra Domínguez Colío y Silva Ramos por el presunto desvío de más de tres mil
millones de pesos a su paso por la Coordinación General de Comunicación Social,
dinero del que no existe soporte documental que compruebe en dónde y por qué se
gastó.
El
gobernador Miguel Ángel Yunes Linares confirmó que en el caso de Gina
Domínguez, la ex funcionaria estatal y todavía presidenta de la Fundación
Colosio Veracruz fue citada a declarar por la Fiscalía General del Estado,
aunque no dio mayores detalles.
Fue
una práctica común del gobierno duartista comprar conciencias, espacios y
plumas durante las gestiones de Domínguez y de Silva. El gasto documentado de
2010 a 2014 en materia de difusión del gobierno estatal supera los ocho mil
millones de pesos. Un derroche descomunal que no sirvió absolutamente para
nada. Simplemente a partir de la “efectividad” de su trabajo, que está a la
vista, puede comenzar a juzgarse el desempeño de ambos de ex funcionarios.
La
más vulnerable de los dos es Gina Domínguez, pues no cuenta con fuero que la
proteja de una posible acción penal en su contra, a diferencia de Alberto
Silva, quien por lo menos de aquí a que concluya su periodo como diputado
federal no tendrá de qué preocuparse, pues su partido, el PRI, no permitirá que
lo desafueren si llegara a solicitarse, como quedó demostrado con el caso de
Tarek Abdalá. Pero el fuero no es eterno.
Lo
que sí tiene Gina Domínguez, y en abundancia, es información, la cual podría
usar para hundir a más de uno y que no se tentaría el corazón en entregar en
caso de serle preciso. No sería la primera de los duartistas en hacerlo, y muy
probablemente tampoco la última.
De
lo que no hay duda es que ambos, Silva y Domínguez, tienen responsabilidades,
posiblemente de tipo penal y seguramente de corte deontológico, que enfrentar.
El uso indiscriminado, abusivo y discrecional de los recursos, su
enriquecimiento ostensible e injustificable, la proliferación y pago a empresas
mediáticas que luego resultaron ser de su propiedad, así como la corrupción que
alentaron en el medio periodístico en el estado de Veracruz, además de ominosa,
ruin y despreciable, es imposible de ocultar.
La
responsabilidad es compartida. Y el juicio de los veracruzanos sobre ellos,
también.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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