INJUSTICIA E IMPUNIDAD, ASIGNATURA URGENTE
Fotografía: Luisa Melgarejo Cruz |
Entretenidas
en la cacería de los duartistas y fidelistas que se robaron miles de millones
de pesos de las arcas estatales, las nuevas autoridades estatales no han
volteado a ver a la población de a pie, que también exige justicia y atención a
sus problemas.
El
10 de diciembre se cumplió un mes del artero y brutal asesinato de la maestra
Guadalupe Mora Palacios en su domicilio, a la luz del día, en pleno centro de
la capital de Veracruz.
Un
mes en el que la burocracia ministerial no ha avanzado en absolutamente nada
para dar con los asesinos. Un mes en el que los familiares y amigos de la
maestra Lupita han visto extendida la pena por la pérdida de su ser querido,
ante la ineficacia e inoperancia de quienes tienen la obligación de procurar e
impartir justicia en el estado.
Antes
de dejar el cargo, y más por sacudirse la presión de la sociedad que indignada
le exigía hacer algo, que por en realidad tomar cartas en el asunto, el
entonces gobernador interino Flavino Ríos Alvarado prometió que el caso sería
atendido y resuelto, pues según él contaban con líneas de investigación
“sólidas”. Como resulta evidente, nada hizo y se fue, dejando a Veracruz sumido
en la anarquía y la violencia, y el caso de la maestra Lupita Mora a la deriva.
El
pasado 4 de diciembre, familiares y amigos de la maestra Mora Palacios
publicaron un desplegado en el que, además de agradecer las muestras de
solidaridad y cariño para la profesora, quien en vida “encarnó los valores que
son la antítesis de la corrupción y la degradación política y social que hoy
vive el estado”, también manifestaron que sus deudos “esperan la resolución
pronta y justa de su caso”, dirigiéndose a las autoridades que entraron en funciones
tres días antes.
Pero
la justicia no se ve por ningún lado. A un mes del homicidio, no hay nada,
ningún avance, ningún indicio que señale que se acercan a los responsables del
crimen. La burocracia de la Fiscalía General y la Policía Ministerial lleva el
caso con una lentitud frustrante, indignante. Como si el objetivo fuera apostar
al cansancio de la familia y al olvido de la sociedad.
No
podemos ni debemos olvidar. La injusta muerte de la maestra Lupita Mora
representa todo eso que se prometió combatir y cambiar: la impunidad, la
corrupción y la violencia que han desgarrado a Veracruz, rompiendo familias y
causando un dolor que nada hay que pueda consolar ni aminorar.
La
vida que se apagó violentamente hace un mes en Xalapa representa una de las
miles de voces de un estado que no soporta más, que se niega a que la muerte y el
terror sean lo natural, lo cotidiano. Es una voz que sigue resonando y que debe
ser escuchada por quienes asumieron la responsabilidad y el deber de garantizar
la vida en paz de una población que depositó en ellos su confianza.
Este
domingo, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares se comprometió en la ciudad
de Poza Rica a “actuar con toda firmeza, como la ley lo señala. Vamos a
proteger a las veracruzanas y los veracruzanos con eficiencia, con
inteligencia, con capacidad instalada”.
La
protección de los veracruzanos pasa por acabar con la impunidad, así como por sacar
del marasmo y hacer verdaderamente eficientes a las dependencias encargadas de
prevenir y castigar delitos como el de la maestra Lupita Mora. Estamos
esperando.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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