“YUNESLIEBERS” Y EL ESCRUTINIO PÚBLICO
Fotografía: Alberto Delgado |
La
alternancia en el poder en Veracruz y las altas expectativas que en un amplio
sector de la población causó el inicio del gobierno de Miguel Ángel Yunes
Linares, ha propiciado un fenómeno en el que cualquier cosa que haga la nueva
administración, sea justificada, aplaudida y defendida con fiereza e incluso
con fanatismo por sus simpatizantes.
Eso
es, hasta cierto punto, natural. Luego de un sexenio de verdadero horror en lo
financiero, lo político y principalmente en lo ético, la llegada de un gobierno
renovado en sus cuadros de dirección obliga de cierta manera a concederle el
beneficio de la duda, en lo que toma el control y asume responsabilidades al
cien por ciento.
Sin
embargo, eso no puede eximir a ningún gobierno y a ningún servidor público de
ser sometido al escrutinio público de sus actos en esa misma esfera. Aun cuando
haya acabado de llegar. Sus decisiones en el ejercicio del poder han de ser
revisadas con meticulosidad para buscar garantizar un uso adecuado y
transparente de los recursos públicos, cuyo manejo y cuidado les ha sido
encomendado a través del voto popular.
Sin
embargo, en Veracruz sucede que ante cualquier crítica a las decisiones y actos
del titular del Ejecutivo y sus subalternos, las respuestas han sido
particularmente virulentas de parte de sus seguidores y empleados, sobre todo
en las redes sociales. A ellos se les ha acomodado el mote de “yunesliebers”,
parodiando a su vez el término “beliebers” con el que se identifican los fans
del cantante juvenil de pop estadounidense Justin Bieber.
Como
Bieber para sus seguidoras adolescentes, Miguel Ángel Yunes y sus colaboradores
de pronto se volvieron intocables para los “yunesliebers”, y sus críticos,
todos, son tildados de “emisarios del pasado” y “priistas resentidos” que,
según ellos, “nunca” tocaron a Fidel Herrera y a Javier Duarte, generalizando
de una manera ridícula y absolutamente ignorante.
Un
caso digno de mencionar es el de una excelente imagen publicada en Facebook por
el gran fotoperiodista veracruzano Alberto Delgado, en cuyo encuadre captó el
momento en el que el gobernador Yunes Linares se preparaba para unas
fotografías en el parque “Benito Juárez”, a un costado del palacio de gobierno,
en Xalapa, mientras un indigente dormía en una banca, a pocos metros de donde
su equipo colocaba tripié y cámara. La fotografía la intituló “El Poder”.
No
faltó quien acusara al fotoperiodista de haber “lucrado” con la desgracia del
pordiosero con tal de “golpear” al gobernador. Y en un extremo delirante,
afirmaron que la imagen era un “fotomontaje”, mientras hacían “sesudos
análisis” de la profundidad de campo, los difuminados y hasta imaginarios
“recortes” en los elementos de la fotografía.
Como
ese ejemplo, abundan. Y denotan una sospechosa uniformidad de argumentos y
diatribas contra la crítica, periodística o personal, a los actos y decisiones
del nuevo gobierno, como si de una estrategia bien planeada se tratase.
Huelga
decir que la crítica y el sometimiento de los funcionarios al escrutinio
público es no sólo obligatorio y necesario para consolidar nuestra maltrecha
democracia. Es incluso conveniente para que un gobierno logre legitimidad ante
sus gobernados. Y el respeto a la libre expresión al que se comprometió el
gobernador Yunes Linares pasa por ahí, incluidas las críticas que sí son
interesadas o de mala leche.
No
hay que olvidar que por endiosar políticos, Veracruz vivió una terrible “docena
trágica”. Así empezó.
Vacaciones
Para
compartir con la familia y realizar una necesaria reflexión sobre lo acontecido
en este año, esta columna y su autor se tomarán unas vacaciones, para regresar
a su publicación el lunes 9 de enero. A los lectores y editores, felices
fiestas. Y muchas gracias.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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