VERDE CON OLOR A PODRIDO
Fotografía: Cuartoscuro |
Si hay un partido particularmente deleznable en México es
ése que se hace llamar Verde Ecologista.
De entrada, de ecologista no tiene nada. El mote es
apenas un disfraz para aparentar una conciencia ambiental de la que en realidad
carece, y que por esa razón es repudiado por los demás partidos verdes que
existen en el planeta.
Desde su creación, a principios de la década de los 90
del siglo pasado, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ha sido una
franquicia política controlada por una sola familia: los González Torres,
millonarios empresarios que encontraron en la política el más redituable de sus
negocios.
Jorge Emilio González Martínez, el llamado “Niño Verde” y
sempiterno dirigente nacional de este partido, encarna en su persona todo lo
que en realidad representa el PVEM: déspota y mercenario, ha estado implicado
en acusaciones por tráfico de influencias e incluso en un homicidio durante una
fiesta en Cancún, donde se da vida de jeque árabe. Los demás cuadros dirigentes
y los “notables” de este partido tienen un perfil político y personal muy
similar.
Como es un partido integrado en su mayoría por lo que
antes se conocía como juniors (ahora son “mirreyes”), creen que se pueden pasar
la ley por donde mejor les plazca. Es así como han violentado durante años las
normativas electorales, difundiendo spots de promoción política en épocas y
lugares prohibidos, y la más reciente, haciendo uso indebido de los datos
personales de miles de ciudadanos a los que envió, a sus domicilios
particulares, tarjetas para obtener descuentos y promociones en tiendas de
autoservicio.
En el año 2000, el PVEM abanderó en alianza con el PAN a
Vicente Fox como su candidato a la Presidencia de la República. Pero como el
guanajuatense no les cumplió la promesa de entregarles la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales, renegaron de él y desde entonces son “aliados”,
o más bien paleros, del PRI.
Desde 2003 y cada que hay proceso electoral federal o
local, el PVEM hace coalición con el Revolucionario Institucional, lo que le ha
permitido no solamente sobrevivir, sino hacer más rentable el negocio que es
para ellos la política partidista. Aunque para ello, han tenido que aceptar ser
el “Patiño” del tricolor.
Para poder cubrir sus compromisos y cuotas, el PRI utiliza
al Verde para que éste postule como candidatos ¡a más priistas!, en un acto de
simulación y humillación a sus verdaderos militantes, que los tiene, que raya
en la ilegalidad, pues muchos de quienes son abanderados por el PVEM mantienen
intacta su militancia tricolor.
En el actual proceso electoral repetirán la misma
estrategia. Ya se anunció, por ejemplo, que entre sus candidatos a diputados
plurinominales será incluido un hijo del ex dirigente nacional y ex candidato
presidencial del PRI, Roberto Madrazo Pintado.
Pero hay un oscuro personaje de la política veracruzana
que tiene una especial ascendencia en el Partido Verde, misma que ya está haciéndose
sentir con fuerza. Se trata del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien a
través del PVEM apuntala a dos personajes íntimamente ligados a él, y que en el
PRI no encontraron espacio.
Por una lado está la ex alcaldesa de Veracruz, Carolina
Gudiño Corro, fidelista hasta la ignominia, quien fue “propuesta del PVEM” en
su coalición con el PRI para ser candidata a diputada federal por el distrito
de Veracruz rural.
El otro es Javier Herrera Borunda, hijo del ex mandatario
veracruzano, quien será postulado como candidato a diputado federal plurinominal
del PVEM por la Quinta Circunscripción, en la que se encuentra Chiapas, estado
gobernado por Manuel Velasco Coello, y con quien el “Mirrey” Herrera colaboró
en su administración. Por cierto, Javier Herrera está implicado en el escándalo
de los políticos propietarios de departamentos de lujo en la Quinta Avenida de Nueva
York publicado por el diario The New York Times.
El Partido Verde tiene un fuerte olor a podrido.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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