TOMÁS Y EL TÚNEL (DE LA CORRUPCIÓN)
Fotografía: AVC Noticias |
Cuando en marzo de 2013 Tomás Ruiz González presentó su
renuncia como secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno de Veracruz, se
especuló que la principal causa de su salida es que no quería verse involucrado
legalmente en el desastre financiero que ya en ese año comenzaba a ser evidente
en la administración de Javier Duarte de Ochoa.
Era el año de las elecciones locales intermedias, en las
que el duartismo buscaba recomponerse políticamente después de su derrota en los
comicios presidenciales del año anterior, cuando Enrique Peña Nieto fue vencido
en Veracruz por la panista Josefina Vázquez Mota, quien paradójicamente, a
nivel nacional quedó en tercer lugar de la contienda.
El régimen en Veracruz estaba necesitado de una victoria
electoral para lavarse la cara con el presidente Peña Nieto y mostrar
fortaleza. Y para ello estaban dispuestos a lo que fuera, como quedó comprobado
tras el escándalo que más tarde protagonizaron varios funcionarios estatales,
descubiertos en flagrancia planeando cómo desviar los recursos de los programas
sociales federales a las campañas.
Con una larga trayectoria en el área financiera de la
burocracia federal, Ruiz González habría dicho “pies, para qué los quiero”,
ante lo que desde palacio de gobierno le debieron haber solicitado, pues podría
resultarle una responsabilidad legal que no sólo destrozaría su imagen y su
carrera, sino que hasta a la cárcel podría llevarlo.
El mencionado escándalo, suscitado pocos meses después de
su renuncia, y las muy recientes observaciones de la Auditoría Superior de la
Federación a la Cuenta Pública 2013 de Veracruz, le darían la razón. En 2013
hubo tal cantidad de irregularidades con el dinero público en Veracruz, que
estarían a punto de ser solicitadas sendas órdenes de aprehensión contra los
funcionarios locales implicados.
Por ello sorprende el extraño retorno de Tomás Ruiz al
gobierno de Javier Duarte, sólo que ahora a un área que no es la de su
especialidad, la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas estatal (SIOP).
Máxime que tras su renuncia a la Sefiplan, fue exhibido en algunos medios como
presunto propietario de una mansión valuada en más de 30 millones de pesos
ubicada en Antón Lizardo, en lo que se conoce como la Riviera Veracruzana, una
de las zonas residenciales más caras de todo el sureste mexicano, jugarreta
urdida desde alguna de las oficinas de palacio de gobierno.
De inmediato, muchos analistas políticos vieron en la
vuelta a Veracruz de Ruiz González una “señal” de que él podría ser el
“candidato” del Altiplano para ocupar la gubernatura de dos años, pues de otra
manera, no se entendería su decisión de regresar a una administración no sólo
desprestigiada, sino financieramente quebrada.
Pero entre si hay o no un proyecto político detrás de su
inesperado retorno a Veracruz, lo que es un hecho es que Tomás Ruiz no podrá
aspirar a nada si no logra “arreglar” un “problemita” que le dejaron pendiente en
la SIOP.
De acuerdo con el Informe del Resultado de la
Fiscalización de las Cuentas Públicas 2013 del Órgano Fiscalización Superior
(Orfis), en lo que fue la Secretaría de Comunicaciones del estado se detectó la
existencia de “responsabilidad resarcitoria por un daño patrimonial de 12
millones 545 mil 581 pesos”, por irregularidades en sus direcciones generales
de Vías de Comunicación, Infraestructura Complementaria y Caminos Rurales, así
como en la de Obras Públicas, que para ese año todavía estaba sectorizada en la
Secretaría de Desarrollo Social, que para entonces encabezaba Alberto Silva
Ramos, hoy flamante candidato a diputado federal por Tuxpan y,
coincidentemente, también pretendido “delfín” de Javier Duarte para sucederlo
en la gubernatura.
Pero el reto más grande de Tomás Ruiz será tapar ese
inmenso hoyo negro de corrupción que es el Túnel Sumergido de Coatzacoalcos (su
tierra natal), obra multimillonaria que lleva casi 15 años construyéndose y que
en este momento, y a un costo incalculable, se encuentra parada, prácticamente
en el abandono.
El daño patrimonial estimado por el Orfis en esa obra,
solamente en el ejercicio 2013, asciende a 255 millones 374 mil 105 pesos. Pero
si se suma todo lo de los años anteriores, la cifra es astronómica.
¿Podrá Ruiz González limpiar ese cochinero? Sinceramente,
lo dudamos. Y falta ver si no lo “embarran” en la búsqueda del “oro molido” en
la Sefiplan de ese mismo año.
Para túneles, el de la corrupción en Veracruz.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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