CRIMINALES CIENTÍFICOS
Acorralados por el escándalo
nacional e internacional que supuso el asesinato de Gibrán Martiz, así como por
los señalamientos de su padre en medios de comunicación de la ciudad de México,
las autoridades del gobierno de Veracruz tuvieron que aceptar que en el
secuestro y homicidio del cantante participaron, de alguna manera que no han explicado
satisfactoriamente, miembros de las fuerzas policiales estatales.
El procurador estatal Amadeo
Flores Espinosa, pero sobre todo el secretario de Seguridad Pública Arturo
Bermúdez Zurita, tuvieron que tragar sendos sapos al dar a conocer que hay
siete policías estatales detenidos debido a su participación en este hecho
delictivo, aunque sólo les imputan los cargos de abuso de autoridad, coacción e
incumplimiento de un deber legal, con lo cual no queda clara cuál fue su
actuación en estos lamentables sucesos.
Pero sea cual haya sido, es
un durísimo golpe a la credibilidad de la nueva policía “científica acreditable”
del estado de Veracruz, la “joya” de la política de seguridad pública del
gobierno de Javier Duarte de Ochoa, misma que le presumieron en una ceremonia
faraónica hace apenas unos días al secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong.
Las únicas “tácticas” que
“científicamente” aplicaron las fuerzas policíacas en este caso fueron las de
la criminalización contra las víctimas, que desde la semana pasada fueron
exhibidas en fotos difundidas por Internet supuestamente portando armas de
grueso calibre, con el fin de intentar vincularlas con grupos delincuenciales
antes que investigar lo que hasta ese momento era un plagio. Similar estrategia
a la que utilizó el gobierno estatal para “explicar” los asesinatos de
periodistas veracruzanos en el aciago año de 2011.
Es evidente el fracaso de
las políticas de seguridad pública e impartición de justicia en el estado. A
pesar de los millones que se invierten en la capacitación de los policías que
se egresan de la academia de El Lencero, no han demostrado ser mejores que
aquellos dados de baja al inicio del sexenio por sus vínculos con el crimen
organizado. Y de la actuación de ministerios públicos y jueces ni hablar, es un
cochinero atroz.
Si se ha bajado la
intensidad a los enfrentamientos y a la inseguridad (que no desaparecido) es
gracias a que prácticamente en su totalidad se entregó la responsabilidad a las
fuerzas castrenses, que de vez en vez, siguen deteniendo policías por estar
coludidos con los delincuentes.
Es urgente una evaluación
real, sin ataduras ni ambigüedades, de los resultados de la política que en
materia de seguridad se aplica en el estado de Veracruz, así como de la
conveniencia de que su actual titular siga al frente de ésta, más allá de la
amistad que lo une con el jefe del Ejecutivo.
Aunque conociendo cómo
reaccionan en ese círculo, lo anterior es más que improbable.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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