LOS AMIGOS SON DE MENTIRAS, PERO LOS ENEMIGOS SON DE VERDAD
Conforme se acerca a su fin el sexenio, todos
quienes en Veracruz han abusado del poder y usan para su beneficio personal los
recursos públicos que manejan, buscan desesperadamente la manera de blindarse
con un nuevo cargo, de preferencia con fuero, ante lo que pueda venir.
Aun cuando en el morenato se sienten seguros
de que habrá continuidad de la supuesta “cuarta transformación” –como si la
votación de los ciudadanos solo fuese un mero trámite-, eso no querría decir
necesariamente que a todos los vaya a cubrir la “cobija” de la impunidad, pues
es sabido que los enfrentamientos internos son tan o más feroces que los que
tienen con muchos opositores.
El ejemplo más claro está en la puja por la
candidatura a la gubernatura. Hablan de unidad de dientes para afuera, pero
internamente se están despedazando por una nominación que hasta hace poco
parecía que indiscutiblemente sería para la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
No solo no hay consenso, sino que tres
actores políticos quieren disputarle la nominación a la zacatecana, a pesar de
que ésta ya habría sido “palomeada” por el presidente Andrés Manuel López
Obrador, quien no suele dejar en otras manos que no sean las suyas las
decisiones trascendentes. Y la elección en Veracruz sin duda que lo es.
Sin embargo, en lo que en Morena juegan a la
democracia interna, Manuel Huerta, Eric Cisneros y Sergio Gutiérrez se la están
haciendo “cansada” a Nahle. Se pensaría que en el ánimo de elevar el nivel de
lo que vayan a negociar. Pero las evidentes tensiones hablan de rompimientos de
los que no se perdonan ni se olvidan tan fácilmente.
Las lonas y bardas que “aparecieron” el
miércoles de la semana pasada en diferentes puntos del estado con la leyenda
“No a la zacatecana. Fuera Nahle”, no son sino signo de un enfrentamiento en
Morena que va más allá de las diferencias políticas de grupo. Es claro que hay un
quebranto dentro del oficialismo que no necesariamente se restaurará una vez
que la candidatura a la gubernatura sea definida.
Hablando de los tres personajes en discordia
en Veracruz, el más fuerte es el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, a quien
le achacan la autoría de las lonas y pintas contra Nahle. Y aunque su poder
está ligado al cargo que ejerce, no hay que perder de vista que resistió sin
caer dos críticas presidenciales que a cualquier otro lo habrían hecho polvo.
¿Qué les sabrá?
Sea lo que sea que lo mantenga en su
posición, eso es lo único que explica que haya decidido desafiar lo que ya se
daba por sentado respecto de Rocío Nahle. Y por lo visto, se jugará su resto,
lo que inevitablemente ahondará las fracturas internas, debilitando la posición
del régimen de frente a las elecciones venideras que, contra lo que afirman, no
serán un día de campo y están muy lejos de estar definidas para el obradorismo,
que entró ya en su fase de descenso, como marcan los tiempos en el sistema
político mexicano.
Entre tanto, los grupos dentro del morenato
comienzan a sacudirse. La hasta hace poco tiempo poderosa directora de
Administración del Tribunal Superior de Justicia estatal, Joana Marlen
Bautista, fue defenestrada tras un supuesto rompimiento con su “padrino
político”, el subsecretario de Finanzas Eleazar Guerrero Pérez, quien este fin
de semana volvió a dar muestra de cómo se desvían los recursos públicos y se
manipula a los beneficiarios de los programas sociales en Veracruz con la multitudinaria
reunión/mitin convocada por sus asociación “Unidos Todos”, con la que ha
saqueado las arcas estatales para hacer politiquería y promoverse.
En política, los amigos son de mentiras, pero
los enemigos son de verdad, dice una conseja que se ha demostrado invariablemente
a lo largo del tiempo. Y por lo menos en México, las peores venganzas se dan
entre quienes formaron parte de un mismo proyecto, un mismo partido y un mismo
gobierno. Ejemplos sobran de ello.
Ya veremos a cuántos los alcanza la realidad
dentro de poco.
Email: aureliocontreras@gmail.com
X (Twitter): @yeyocontreras
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