A LA OPOSICIÓN SE LE VA EL TREN
En los últimos días, el oficialismo a nivel
nacional y estatal se ha dado a la tarea de buscar imponer la narrativa de que
la elección ya está definida y casi que no habrá poder humano que impida el
triunfo del obradorato en los comicios del año entrante.
Para eso, se han apoyado con diferentes
encuestas, la mayoría “cuchareadas”, sesgadas, pero algunas otras serias desde
un punto de vista metodológico. Prácticamente todas le dan una amplia ventaja a
Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez, la cual se modifica un poco si se
incluye en la ecuación a otros actores como el gobernador de Nuevo León Samuel
García, o hasta al indefinido Marcelo Ebrard, que ni rompe con Morena ni se
alinea con el régimen al que decidió servir, aunque ya no le sirva de mucho.
La respuesta automática de los “xochilovers” ha
sido descalificar las encuestas –varias, con sobrada razón- y a quienes les dan
algún crédito, sin asumir lo que es una dura realidad: Claudia Sheinbaum la
candidata del régimen, la elegida del presidente, lleva una ventaja que si no
se reduce pronto, después será imposible de revertir.
Precisamente ésa es la idea del morenato al
buscar posicionar en el ánimo colectivo esa narrativa del “hecho consumado”:
que el electorado opositor, ante un sentimiento de derrota, se desanime, se
desmoralice y, principalmente, se desmovilice.
Lo que finalmente propició que Xóchitl Gálvez
se quedara con la candidatura presidencial del Frente Amplio por México fue que
entusiasmó a ese sector de la ciudadanía que está en contra del actual régimen,
gracias a su carácter alegre, entrón y desparpajado, así como por su discurso
no acartonado como el de los otros aspirantes, lo cual creó una expectativa que
resulta fundamental: que sí se le puede hacer frente a un gobierno -que llevará
a cabo una elección de Estado- con posibilidades reales de derrotarlo.
Antes de que Xóchitl Gálvez entrara en el
tablero de la sucesión presidencial, el ánimo era de derrota segura en el bando
opositor. La hidalguense refrescó el escenario, encendió las alarmas del
morenato y pagó por ello con la campaña de lodo y desprestigio lanzada desde el
oficialismo, encabezada por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador y
sus hordas en medios y redes, y que terminó por hacerle alguna mella a su
imagen y la obligó a replegarse, habida cuenta de que en términos legales, ni
siquiera ha comenzado el periodo de precampañas.
Sin embargo, en el bando oficialista están en
campaña por Claudia Sheinbaum desde hace por lo menos dos años. Además, con un
millonario derroche de recursos públicos, lo cual, invariablemente le ha dado
una, por ahora, cómoda ventaja, a pesar de que como candidata es de mala para
abajo. Sin el apoyo del todo el sistema, del presidente y de los programas
clientelares, no tendría oportunidad alguna. Pero como sí lo tiene, es la
enemiga a vencer.
Es así que en las últimas semanas, Sheinbaum
ha estado encabezando actos proselitistas, reuniéndose con actores políticos,
sociales y privados, con el mismo objetivo de crear una percepción: que es la
“virtual” presidenta.
El problema del bando opositor es que está
pasmado. Ante el repliegue de Xóchitl Gálvez para recuperarse de los golpes que
le han asestado, no ha habido nadie que responda por ella. No se percibe que
exista más estrategia que la de pelearse en redes sociales. Los partidos del
Frente están agazapados, más preocupados por repartirse el botín de las demás
candidaturas, sin terminar de entender que si se descuida la elección
principal, se pierden todas las demás.
Ese escenario se replica de manera cuasi
idéntica en Veracruz. El obradorato ya definió que su candidata a la
gubernatura será Rocío Nahle –y quien dentro de Morena aún no lo tenga claro o es
iluso, o francamente pendejo-, y todo el aparato estatal está operando en su
favor, desviando recursos públicos, derrochándolos a manos llenas para
posicionar su imagen y, en el mismo sentido, crear la percepción de que todo
está decidido y que las elecciones son un mero y engorroso trámite. Y al final
del día, percepción mata realidad.
Igual que a nivel nacional, en Veracruz los
partidos están ocupados en la “pepena” de candidaturas y hasta algo peor: están
cuestionando la viabilidad de ir en alianza en la entidad, lo que tendría como
resultado entregarle el estado a Morena.
A la oposición se le está yendo el tren. Y ya
no va a haber otra salida si pierden ésta.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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