EL NECIO Y EL AGACHADO
![]() |
Fotografía: José Luis Aguilar/ Fotover |
Es verdaderamente patológica la obsesión del
presidente Andrés Manuel López Obrador por exponer la salud y la vida de los
mexicanos con tal de demostrar que aquí se hace su voluntad.
Es inentendible que, en medio de lo que se ha
dado en calificar como la “tercera ola” de contagios de covid-19 en México, se
empecine -en arrebatos de necedad cuasi senil- a que se retorne a las clases
presenciales al inicio del próximo ciclo escolar, que arranca en la segunda
quincena de agosto.
En las últimas 48 horas, la Secretaría de
Salud ha reportado prácticamente 25 mil nuevos contagios del coronavirus
SARS-CoV-2 a nivel nacional. Y si bien la letalidad ha disminuido
considerablemente respecto de los dramáticos niveles que alcanzó en 2020, eso
no quiere decir que no haya riesgo de muerte para quienes contraen el virus. En
este mismo lapso, se registraron 463 defunciones en el país por la misma causa.
Sin perder de vista que son números oficiales, que reflejan -con suerte- la
mitad del volumen real de fallecimientos.
Así es que siguen pereciendo personas por la
pandemia y no solamente de edad avanzada o con problemas de salud previos: la
muerte también ha alcanzado a niños y jóvenes, a los que la insensatez
presidencial pondría en mayor riesgo con un regreso a las aulas masivo, sin estrategia.
A lo tonto -por decirlo amablemente-, como se acostumbran hacer las cosas en
este gobierno.
Hasta el corte del 11 de julio, el Sistema de
Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes reportó
que desde el inicio de la pandemia se han contagiado 55 mil 157 menores y que
habían fallecido 584. Datos que reflejan, valga precisarlo, solo los efectos de
las primeras variantes del virus.
En estos momentos, con la tercera oleada de
contagios en crecida, las autoridades sanitarias a nivel internacional alertan
sobre la peligrosidad de nuevas versiones y mutaciones del coronavirus, más contagiosas
y sobre las que no se sabe aún cuál es el efecto real que tienen las vacunas.
Llamados que parece que no se escuchan en palacio nacional o que cuyo habitante
minimiza, calificando el aumento acelerado de contagios de “pequeños brotes”.
Los caprichos presidenciales ya chocaron con
pared hace no mucho, cuando en pleno periodo de campañas prácticamente
obligaron a que se regresara a clases en estados como Campeche y algunas zonas
de Veracruz. El resultado es conocido: más tardaron en abrir las escuelas que
en volverlas a cerrar porque los niños se empezaron a enfermar. Un fracaso que
pudo tener consecuencias todavía más graves.
Pero como en tiempos de la “4t” no falta
entre su círculo de corifeos y aduladores quien se esfuerce con denuedo por demostrar
que es el más servil de todos, en Veracruz ya salió el gobernador a decir que
los “verdaderos docentes” ya quieren regresar a clases, mientras las
principales ciudades del estado están en semáforo rojo y ya se superaron los 70
mil contagios.
Uno necio hasta el hartazgo y el otro
“agachón”. Criminalmente irresponsables ambos.
Esto
sí es una elegía
Ninguna condición vale para justificar que
cualquier régimen, de la orientación ideológica que se trate, violente los derechos
humanos y reprima la libertad de expresión y manifestación de sus ciudadanos
para mantenerse en el poder. Ya sea en
Estados Unidos, en Rusia, en Nicaragua, en China, en Colombia, en México y, por
supuesto, en Cuba.
No hay autocracias buenas. Menos, dictaduras.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario