UNA MUERTA CADA TERCER DÍA EN VERACRUZ
Fotografía: tomada de la red |
Desde su imposición como encargada de la
Fiscalía General del Estado de Veracruz, fue evidente que una de las tareas
asignadas a Verónica Hernández Giadáns era la de “maquillar” las cifras de la
delincuencia y la violencia en la entidad.
Como por arte de magia, apenas llegó a ese
organismo, los índices delictivos en el estado “bajaron”. O por lo menos, así
lo quiso hacer ver en el discurso el propio gobierno estatal, porque la realidad
es muy diferente y es palpable todos los días, tanto en los medios de
comunicación como en las propias calles veracruzanas.
Pero para efectos propagandísticos –la
materia favorita de los regímenes surgidos de la autodenominada “cuarta
transformación”-, la manipulación de las cifras de los delitos le ha servido a
gobiernos como el de Cuitláhuac García Jiménez para intentar –solo intentar-
cubrir sus lastimeros resultados en el rubro de la seguridad pública.
Particular interés ha mostrado la administración
de García Jiménez por cambiar radicalmente la manera de contabilizar la
violencia ejercida contra las mujeres –cuando lo que debería hacer es combatir
el fenómeno-, que en 2019 colocó a Veracruz como la entidad con el mayor número
de feminicidios del país, con un total de 157 de acuerdo con los datos del
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La coyuntura local y ahora la nacional, en la
que las protestas de asociaciones feministas y de defensa de derechos humanos
han puesto en evidencia –y en jaque- no solo la incapacidad sino la indolencia,
insensibilidad y falta de interés de la “4T” para atender la violencia contra
las mujeres, generaron reacciones desesperadas y declaraciones francamente
ridículas, desprovistas de la seriedad que debiese asumir quien lleva las
riendas –o eso se supone- de un estado como Veracruz.
A través de sus redes sociales oficiales –en
las que ilegalmente sigue bloqueando ciudadanos-, el gobernador Cuitláhuac
García Jiménez afirmó que en el mes de enero “se disminuyó 70 por ciento el
feminicidio”.
Si estas cifras fueran reales y las comparáramos
con las de 2019, estaríamos hablando de una verdadera proeza de un gobernante
que, en lugar de estar siendo “zopiloteado” para sacarlo del cargo, como
actualmente sucede, tendría que recibir un reconocimiento nacional y hasta ser
llamado a desempeñar responsabilidades mayores. Si fueran reales.
Pero lo que ha hecho la “autónoma” Fiscalía
veracruzana simplemente es reclasificar de facto los asesinatos de mujeres y,
en lugar de iniciar las carpetas de investigación por el delito de feminicidio
cuando se cumple con alguna de las características contempladas en los
protocolos y en el Código Penal del Estado, las tipifica de arranque como homicidios.
Y así, ¡pum!, los datos varían y los feminicidios “bajan”. Es más,
prácticamente “desaparecen”.
Empero, en Veracruz las mujeres siguen siendo
asesinadas impunemente. De acuerdo con el Colectivo Cihuatlahtolli, asentado en
la región de Orizaba, desde el mes de enero han sido asesinadas 30 mujeres en
diferentes puntos de la entidad, lo que significa una muerta cada tercer día.
Si esa tendencia se mantiene, al final del
año serán aproximadamente 300 las mujeres privadas de la vida en el estado. El
doble de las registradas como víctimas de la violencia de género el año pasado.
¿A eso se le puede considerar una “disminución” gracias a los “resultados” de
una Fiscalía maniatada, a cuya titular el gobernador trae de “dama de compañía”
en bailes y cortes de listones?
Y encima se quejan de que las mujeres
protesten.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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