VIOLACIÓN SISTEMÁTICA DE LA LEGALIDAD
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Fotografía: Encuentro Internacional de Energía México 2019 |
Desde
antes que comenzara formal y legalmente, el régimen de la llamada “cuarta
transformación” ha demostrado un sistemático desprecio por la ley, a la que ha
violado de manera descarada de distintas formas y en varios escenarios.
La
compra de insumos y la asignación de contratos millonarios sin licitación de
por medio ha sido práctica recurrente en el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador –y en los de algunos de los estados dominados por Morena, como el de
Veracruz-, así como otras conductas como el abuso de autoridad, el conflicto de
intereses y el nepotismo, que para nada pueden encuadrarse dentro de los
parámetros mínimos de la ética y la honestidad. Mucho menos, en el del combate
a la corrupción, principal bandera del actual régimen.
En
su afán por acallar la crítica, ha incurrido en el uso faccioso de los medios
públicos, desde donde se intenta ridiculizar, exhibir y linchar a quienes
expresan disenso con las decisiones que toma este gobierno, incluidos otros
medios de comunicación, periodistas, actores políticos y sociales, lo cual
representa un abuso de poder completamente autoritario, que manda señales
alarmantes sobre sus verdaderos propósitos.
Uno
de los casos más patéticos es el de la agencia de noticias del Estado, Notimex,
que bajo la dirección de Sanjuana Martínez ha sido convertida en un brazo
golpeador que incluso se pretende elevar a la categoría de gran censor, luego
de anunciarse la creación de una sección en la que realizará un “trabajo de
verificación de información cuyo objetivo es aclarar las noticias que se
transmiten en medios tradicionales o en redes sociales, y resultan dudosas”.
Pero que no es más que otra embestida –con recursos públicos- para imponer la
versión oficial única. Y para mayor escarnio suyo, plagiando el nombre
–Verificado- a una iniciativa de los medios a los que ahora quiere enmendarles
la plana.
Estacionado
mental, emocional y políticamente en una época en la que no había prácticamente
contrapeso alguno al poder omnímodo del Estado –la del más rancio priismo-, el
lopezobradorismo se comporta como si ninguna de sus decisiones tuviera que
sujetarse a la legalidad, como si pudiera hacer lo que quiera sin que eso tenga
consecuencias. Por eso se delinean obras y acciones públicas a través de
“consultas” a mano alzada, sin cumplir con los requisitos jurídicos elementales
para las mismas.
Prueba
de ello es el “informe” que dará el presidente de México la tarde de este lunes
desde el zócalo de la Ciudad de México para “celebrar” el primer aniversario de
su victoria electoral. Más allá de la megalomanía y el derroche que un acto de
estas características implica, la manera como se ha organizado y difundido
transgrede la legalidad.
La
concentración masiva a la que convoca Andrés Manuel López Obrador no tiene
ningún argumento jurídico que la sustente. En ninguna norma se establece que
tenga que hacer “informes” antes o después del 1 de septiembre de cada año, que
es cuando sí está obligado a entregar al Congreso de la Unión los datos sobre
el desempeño de su administración. Si el objetivo fuera la transparencia,
podría “informar” a los ciudadanos sin necesidad de un evento en el que se
gastarán recursos públicos. Y no pocos.
Además,
el gobierno lopezobradorista trató de imponer una transmisión en cadena
nacional a todos los medios de comunicación de lo que en realidad será un
espectáculo y no un acto gubernamental republicano. Si reculó, fue por las
críticas generalizadas a lo que hubiese representado, en los hechos, una
coacción autoritaria.
Pero
por si eso no bastase, funcionarios como la secretaria de Energía, Rocío Nahle,
difundieron en redes sociales un video propagandístico en el que se ensalza la
figura de Andrés Manuel López Obrador y que más allá de las mentiras que
contiene, representa una clara violación constitucional.
El
artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece que “la propaganda, bajo cualquier modalidad de
comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos
autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y
cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter
institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En
ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que
impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público”.
Un gobierno que violenta metódicamente la ley
no combate la corrupción. Pero seguro ellos tienen “otros datos”.
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Imagen: Twitter de Rocío Nahle |
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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