POLÍTICA CULTURAL: DE LA VANGUARDIA AL PASMO
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Fotografías: archivo |
Tradicionalmente, la difusión y promoción
culturales han sido temas de poca o nula prioridad para los gobernantes de
todos los niveles, que los ven como algo improductivo y que más bien representan
una pesada carga presupuestaria.
Si se mantienen vivas estas áreas en los
diferentes gobiernos es porque de vez en cuando les ayudan a dar algo de lustre
a sus administraciones. Pero si por la mayoría de los políticos fuera, las
desaparecerían.
En Veracruz, el tratamiento institucional de
la cultura ha pasado de la vanguardia al pasmo. El Instituto Veracruzano de la
Cultura nació como una idea de avanzada gracias a la visión de quien fue su
primera directora, Ida Rodríguez Prampolini, académica convencida de la
importancia de que el gobierno asumiera la tarea de promover y apoyar las
expresiones culturales locales.
El IVEC llegó a gozar de gran prestigio
durante sus primeros años de gestión, en los cuales estaba anclado
sectorialmente al sector educativo estatal. Pero esto cambió con la llegada del
gobierno de Fidel Herrera Beltrán, cuya concepción de la cultura era grotescamente
limitada, de circense farándula, al grado de que separó al instituto de la
Secretaría de Educación, lo trasladó a la de Turismo y puso al frente a sus
cuates. El resultado fue la lenta descomposición del organismo, que terminó
reducido a su mínima expresión en cuanto a sus atribuciones y alcances.
Con el arribo de la administración de Miguel
Ángel Yunes Linares, la situación del IVEC ha llegado a extremos vergonzosos.
Mientras su recinto sede, un bello ex convento betlehemita cuya construcción
data del siglo XVIII, se cae literalmente a pedazos, la difusión cultural
prácticamente desapareció del radar del gobierno estatal, a cuyo titular lo
único que le interesó en su corta gestión fue intentar, sin éxito, imponer a su
hijo como su sucesor.
Al frente del instituto fue colocado un
arrogante y gris funcionario, Enrique Márquez Almazán, quien se ha dedicado a
poner pretextos para justificar su incompetencia y falta de imaginación,
mientras ve por encima del hombro las múltiples expresiones de la cultura
popular a las que regatea apoyo, pues para él y sus jefes, las únicas
manifestaciones artísticas válidas son las que llevan a presentarse al suntuoso
Foro Boca, espacio del cual se ha apropiado la familia Yunes Márquez a pesar de
haber sido construido con millonarios recursos públicos federales.
Aunque poco –o quizás nada- abordó el tema
durante su campaña, el gobernador electo de Veracruz, el morenista Cuitláhuac
García Jiménez, anunció hace algunas semanas la creación de la Secretaría de
Cultura estatal, en sintonía con la institución que ya existe a nivel federal.
Y aun cuando en teoría la elevación del IVEC
al rango de secretaría parecería ser una buena noticia, el hecho de que el
gobernador electo mencionara que su sede estaría en la ciudad de Tlacotalpan
genera, de entrada, dudas sobre su conocimiento acerca de las necesidades
reales de la gestión cultural en el estado, a la cual le urge mucho más que un
mero escenario colorido para despachar, pero completamente aislado del resto de
la entidad.
Aunado a ello, se desconoce hasta ahora quién
será la persona que encabezaría dicha Secretaría. Pero se esperaría que para
ese cargo se nombre a alguien no sólo con experiencia y conocimientos sobre la
cultura y el arte en sí, sino que presente un proyecto para sacar a la gestión
y promoción cultural del marasmo al que la han llevado en los últimos años.
Los criterios para decidir la titularidad de
la próxima Secretaría tendrían que ser la capacidad, el perfil y el proyecto.
El amiguismo y el chambismo ya le han hecho mucho daño a la cultura en
Veracruz.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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