JUICIO POLÍTICO NECESARIO
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Imágenes: Notiver |
Sin dejar de reconocer los “méritos” de otras
áreas del Gobierno de Veracruz, la Fiscalía General del Estado es, sin asomo de
duda, la que peor desempeño ha tenido durante la administración que llegará a
su fin el próximo 30 de noviembre.
Desde su mismo arribo a este organismo, su
todavía titular Jorge Winckler Ortiz se comportó como lo que, en los hechos,
nunca dejó de ser: un empleado de Miguel Ángel Yunes Linares. Nunca quiso asumirse
como autoridad al frente de un organismo que en el papel debiera ser autónomo,
pero cuya condición legal fue desvirtuada para ser reducido a un arma política.
Ensoberbecido, Jorge Winckler se creyó el
cuento de que sus patrones se quedarían en el poder 14 años y que él podría hacer
y deshacer con las leyes lo que quisiera, dedicándose a perpetuar los mismos vicios
que juraron combatir, violando la ley a placer y manipulando la procuración de
justicia para consumar venganzas personales y políticas, así como para amedrentar
a sus oponentes y críticos.
Su actuación en el tema de los miles de
desaparecidos en el estado de Veracruz ha sido un completo desastre. Insensible
ante el drama por el que pasan los familiares, absolutamente intolerante a las
críticas y faccioso a la hora de brindar atención, el Fiscal se ha ganado a
pulso el repudio de las familias que buscan entre la tierra a sus seres
queridos y que como no le hacen el “caldo gordo”, son humilladas por la misma
autoridad que demerita una labor que, ante la indolencia oficial, han tenido
que emprender por sus propios medios y a costa de su seguridad.
Lo peor es que cuando los escándalos
provocados por su incompetencia lo ahogan, se inventa distractores utilizando
recursos del estado, como las múltiples ocasiones en las que se “colgó” durante
todo el bienio del caso Javier Duarte, aún sin tener participación directa en
el proceso federal que se le sigue y sin que sus actuaciones tuvieran
consecuencia legal alguna. Para mayor ejemplo, cuando en plena campaña
electoral libró orden de aprehensión contra la ex “primera dama” de Veracruz Karime
Macías, quien hasta la fecha se sigue paseando por Londres como si nada,
disfrutando de la “abundancia” malhabida con vulgar impunidad.
Negado para la transparencia y la rendición
de cuentas, Winckler le puso cerrojo a la información sensible que emana de la
Fiscalía bajo el pretexto del “debido proceso”, el cual nunca le importó quebrantar
cuando de salvar su cuello se trató, aún a costa de la seguridad de terceros.
Así lo demuestra el reciente caso del
secuestro en Boca del Río de una joven estudiante universitaria. Agobiado por
el tema de las fosas de Arbolillo, a Winckler se le hizo fácil posar para una
foto con la víctima una vez que fue rescatada –con una celeridad que la
Fiscalía no suele tener en otras ocasiones- y filtrar toda la información a sus
amanuenses para que la publicaran en Notiver, el diario vocero del régimen,
mostrando el rostro de la chica en primera plana y con ello poniéndola en
riesgo de manera irresponsable y criminal.
Así como Yunes Linares, Jorge Winckler nunca
comprendió que el mandato que la ciudadanía les dio en las urnas en 2016 era el
de un cambio de prácticas al interior de las instituciones del estado y no el
de simplemente quitar a los mafiosos que estaban antes en el poder para
entronizar a otros iguales o peores, como al final sucedió.
Pero a pesar de eso, Winckler pretende
quedarse al frente de la Fiscalía General del Estado hasta concluir el periodo
para el que fue designado, aun cuando perdieron las pasadas elecciones y la
ilusión de una sucesión dinástica se les esfumó en las manos, en buena medida,
por actuaciones deplorables como la suya.
Se impone entonces el juicio político.
Necesariamente. Porque el de la historia ya lo tienen perdido.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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